martes, 13 de septiembre de 2016

LA FIESTA DE AGOSTO


"Valleluengo unido, las alas abiertas,
el pueblo despierta y se echa a volar.
Valleluengo unido, la frente muy alta,
un pueblo que lucha, jamás morirá"
(Himno de Valleluengo - estribillo -)


Repican campanas, vuelve a amanecer!!!
Una fiesta merecida, ganada a pulso. Una fiesta de agosto con todos los ingredientes a punto para que todo saliera a pedir de boca. El domingo, 14 de agosto: sol a raudales, los cielos lúcidos, cargados de luz. Alegría y jolgorio. Alegría de gaita y tamboril. José Mari y Jesús no se cansan y llenan el aire de los sones que nos ponen espuelas en los pies desde que éramos rapaces, ¡ay la gaita, qué recuerdos!

 Los rapacicos, los más ilusionados, prendidos de la magia del sonido de las campanas (era su primer repique. Consiguieron ascender ellos solos las escaleras empinadas hasta lo alto del castillo y consiguieron que hablaran aquellos gigantes de bronce... Un día para soñar...)

HIMNO DE VALLELUENGO
El pueblo, la gente, quienes amamos el terruño y nos emocionamos a la vista del roble de Retaduña o que nos sentimos arropados por la sombra de los fresnos y somos capaces de escuchar la sinfonía del agua danzando por la angostura del valle de Valdiguicia... merecemos un himno. Un himno como homenaje y como recuerdo a la belleza de este pueblo y al esfuerzo de la gente que lucha a brazo partido por que la alegría y la unión permanezcan.

"Mi pueblo me llama, reclamo del viento,
repican campanas, vuelve a amanecer.
Mi pueblo es memoria que no borra el tiempo,
raíces del árbol que yo quiero ser."







"Encinas y robles y prados floridos,
recuerdos de infancia, nostalgias y amores;
se empapa mi alma de este pueblo mío,
la brisa temprana del río y del monte"








"El arado en el surco, la hoz en el trigo,
forjaron el alma de esta gente honrada.
Maletas al hombro, mundos recorridos,
tanta es la añoranza de esta tierra amada"








"Alcemos las voces, cantemos unidos,
bendita la tierra que me vio nacer.
Volver la mirada, cruzar los caminos,
buscaré mis huellas, yo quiero volver."







Y otro año más se cumplió el rito y la tradición: hubo bajada de botijo y hubo también la cata y el regocijo de su vino.









La alegría de la fiesta, gaita y cantes, se expanden y llenan el aire de la era, frente al bar.

CAMPEONATO DE TUTE

Las partidas se resolvieron a lo largo de varios días. Estaba peleado el juego. Ganaron todos, porque todos se divirtieron, participaron, que de eso iba la cosa.

Y LUEGO LOS NIÑOS, AHÍ ES NADA
Y es que hubo hasta castillos hinchables, ¿castillos en el aire...?. No, no, castillos de los de verdad, donde se salta y se hacen volteretas y donde se para el tiempo y se cumplen todos los sueños.

















UNA EXPO DE FOTOS DE ANTES

Lo primero de todo el agradecimiento y reconocimiento a la labor y el ingenio de Mikel. Un artista con todas las letras. Muy chulo, Mikel.
Fue un acierto. La prueba está en la cantidad de gente que pasó por el bar para ver, para recordar los tiempos pasados y reconocer a la gente fotografiada en blanco y negro, los padres, los abuelos...