"aprovechemos el otoño
antes de que el futuro se congele
y no haya sitio para la belleza
porque el futuro se nos vuelve escarcha..."
MARIO BENEDETTI.
Otoño, caricia de lluvia tierna y de melancolías. Borbotones de nostalgias, rebuscando entre el mullido manto de las hojas, los recuerdos.
El poeta Pablo Neruda observa el otoño como una estación o etapa de despedida de la vida. Va echando de menos las cosas buenas, las cosas que, sin que uno lo pretenda, ha ido dejando atrás: la hora de las espigas - la mano que te induce - la rosa que desates - la boca que te bese - ...
La mariposa volotea y arde con el sol, a veces
Mancha volante y llamarada,
ahora se queda parada
sobre una hoja que la mece
ahora se queda parada
sobre una hoja que la mece
Me decían: No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.
No estás enfermo. Te parece.
Yo tampoco decía nada.
Y pasó el tiempo de las mieses
Hoy una mano de congoja
llena de otoño el horizonte
y hasta de mi alma caen hojas.
Me decían: No tienes nada.
No estás enfermo. Te parece.
Era la hora de las espigas
El sol, ahora, convalece.
Todo se va en la vida, amigos.
Se va o perece.Se va la mano que te induce
Se va o perece.
Se va la rosa que desates.
Se va la rosa que desates.
También la boca que te bese.
El agua, la sombra y el vaso.
Se va o perece.
Pasó la hora de las espigas.
El sol, ahora, convalece.
Su lengua tibia me rodea
También me dice: Te parece.
La mariposa volotea,
revolotea,
desaparece.
PABLO NERUDA