Valle largo, longo, luengo,
los fresnos cubren tus sombras[1]
y los prados van tejiendo
de terciopelo una alfombra.
Manan las fuentes calladas,
goteando los recuerdos.
Pasan las aguas pausadas,
de añoranzas y requiebros.[2]
El pueblo de Valleluengo,
un pueblo honrado y unido,
flor de otoño cara al viento,[3]
y el aliento ¿ya perdido?[4]
Queda la memoria viva,
que es patrimonio la historia,
que la gente no se olvida,
que está cargada la alforja.[5]
Saludan las chimeneas
con olores de matanza,
la madre al fuego remienda
la vida con mimo…y canta.
Campos sembrados de pan,
hoja de arriba y de abajo,[6]
campos que destilan paz
con fatigas, con trabajo.
La frente perlada en soles,
el trigo es oro en la era.
Van macerando en sudores[7]
las gentes en esta tierra.
San Blas y Santa Marina,[8]
Corpus de olor a sanjuanes,[9]
fiestas de gaita y mantilla,[10]
que corra el vino a raudales.
Hay un silencio que oprime[11]
la tierra desheredada,
nadie se atreve y redime
tantas afrentas causadas.[12]
Izan banderas de fiesta[13]
las gentes que se resisten,
levantan la voz de alerta,
no se aflojan, no se rinden.
Valleluengo por entero,[14]
Valleluengo, pueblo unido,
tus recuerdos, como el viento,
se deshacen en suspiros.
Nadie en su sano juicio
se oculta ni se avergüenza
de haber dormido en el bricio,[15]
de haber mamado la teta.
No es de gente bien nacida,
quienes de alguna manera,
de sus raíces se olvidan,
dejando el árbol que muera.
[3] Flor de vida corta, endeble, frágil. Cara al viento: expuesta a los
peligros, a la intemperie, desvalida.
[5] Referida a la memoria, cargada de recuerdos. Recuerdos que se van
desgranando en las estrofas siguientes.
[6] En el pueblo el campo, para su cultivo, se dividía en dos zonas u hojas
separadas por el valle de Bajo los Quiñones y Valdiguicia. La Hoja de Arriba era
la que quedaba hacia Santa Eulalia y Peque y la de Abajo hacia La Milla y
Rionegro.
[7] El trigo es oro en la era.- La cosecha del trigo suponía el sustento de todo el año. Quien más quien
menos venía a recoger entre seis y diez cargas (1 carga = 12 heminas. 1 hemina
= 11 kgs). Van madurando, tomando conciencia de la situación, van forjando su personalidad.
[9] El día del Corpus se engalanaban las calles por las que pasaba la
procesión. Se cubría el suelo de ramas y flores de los sanjuanes (cantueso, de
olor similar a la lavanda o al espliego) y el fenoyo (hinojo). Las paredes se
tapaban con ramas de fresno o de álamos.
[10] Todas las fiestas del pueblo estaban amenizadas por el sonido de la gaita.
Llamaban al ti Nofre, de Otero o al ti Francisco, de Valdesantamaría. Las
mujeres lucían los rodaos y los mantones de Manila.
[13] Porque todavía hay una luz de esperanza. Ahí están los jóvenes, que se les
ve con ganas, (yo lo veo en el facebook).
[14] La totalidad del pueblo: el territorio, los recuerdos, la historia, la
gente, los que están dentro y los que se fueron, los que vuelven de vez en
cuando, los que ya se han olvidado, los que quisieran volver…
[15] Nombre que en el pueblo se daba a la cuna. Con esta expresión “haber
dormido en el bricio” me refiero al hecho de proceder, de ser de pueblo. “Y a
mucha honra”, se suele decir. Con el mismo sentido empleo "el haber mamado
la teta". La gente repipi o pija, los señoritingos hablan más finolis y
ellos dirán "dar el pecho". En Valleluengo siempre ha sido teta y así
seguirá siendo.
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