Enfilando con pasos quedos el paso del puente,
por no despertar el agua.
El arrullo del agua
debajo del puente.
El agua mansa y callada,
enredada en sus sueños de agua.
El arrullo del agua
debajo del puente.
El agua mansa y callada,
enredada en sus sueños de agua.
Velan sus sueños las alamedas, sus sueños de agua. |
Avanzamos entre maizales, disfrutando la belleza del paisaje. Sigue predominando la huerta, las tierras de regadío. 10.000 has. regadas desde que se puso en marcha el canal en el año 1972. El valle del Tera se transformó: el paisaje agrario - los campos verdes - el paisaje urbano - los trabajos - el desarrollo económico... (Pero con el transcurrir del tiempo ese "mundo feliz" del valle del Tera se fue deteriorando... -¿Y qué quiere usté?, ¿No ve que los viejos nos jubilamos, porque ya no valemos pa tirar con esto... y los hijos no quieren saber nada de la tierra. Total, pa lo que da, mejor que se quede en baldío...)
Canal del Tera, a su paso por Olleros |
No nos resistimos a"probar" las frambuesas |
Ni las peras |
O las manzanas |
ALGUNOS ALTOS EN EL CAMINO
El descanso merecido. Reponer fuerzas. Tomar decisiones: elegir el mejor camino o el mejor atajo...
Desviarnos para visitar aquellas cosas que vislumbramos a lo lejos y que nos llaman la atención: ¡¡un castillo o una vivienda normal y corriente transformada en castillo medieval...!! - Es la casa o la bodega del herrero de Calzadilla de Tera -con piscina y todo- (nos lo contó "La Paca" -que la ha hecho con su propio ingenio y sus propias manos-)
Respirar el aire puro, el perfume de las rosas o inhalar plácidamente el humo de un cigarro... (Javi, que te he pillao...)
Probar el agua de las acequias y fuentes. Saciar la sed. Refrescar las gargantas resecas
Al final del recorrido nos esperaba el santuario de La Agavanzal. Descanso y vuelta hasta el pueblo de Olleros para repostar y abrevar. Nos ganamos a pulso el txiquiteo y las tapas o los pintxos.
¡¡BIENVENIDOS...!!
QUE APROVECHE... - GRACIAS.
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