Dentro de la colección de chacina que colgaba de los palos de la cocina para su curación al humo, no podían faltar los botillos o pastores (que también se les llamaba de ese modo - pastores -).
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Un manjar de dioses. No es de extrañar que se reservasen precisamente para los días más señalados de las fiestas navideñas.
Los orígenes históricos del botillo son discutidos - (ver página de Bedri. www.bedri.es/). Puede que el origen proceda de los romanos y que de éstos pasara al mundo medieval, convirtiéndose en un manjar de abades, obispos y reyes. Hay quienes afirman que fueron los monjes de Carracedo los que lo inventaron.
En cualquier caso, al igual que en Valleluengo, el pastor era considerado "plato de fiesta". También la tradición de las tierras del Bierzo (la patria de adopción de este embutido) manda que "el primer botillo se comía el día de Nochebuena y que el resto se comían bien los domingos o en las fiestas de los patronos de cada pueblo, siendo el último del año el botillo que se comía en el "Entroido" o Carnaval. No podía faltar en las celebraciones religiosas o en las bodas." (www.bedri.es). (En Valleluengo la pieza que se dejaba para el Carnaval o "Antruejo" era el rabo del cerdo).
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"Se o porco voara, non habería
ave có igualara" (Dicho gallego)
Julio Camba era un escritor gallego y cuenta la siguiente anécdota:
- ¿Qué ave te gusta más?, vamos a ver - le preguntaba una vez a un campesino gallego - ¿el pollo?, ¿la perdiz?, ¿el pichón?... Tú piénsalo bien y dilo sin miedo.
- El pollo no está mal - exclamó el campesino - pero la perdiz...
- ¿Qué?, ¿prefieres la perdiz?
- La perdiz tampoco está mal. Sin embargo...
- ¡Vamos!, te gusta más el pichón, ¿eh?
- Verá usted... verá usted. Un pichón tierno y gordito es cosa de chuparse los dedos, no cabe duda, pero...¡¡ SE O PORCO VOARA...!! (si el cerdo volara...)
BUENO, PUES QUE VOS APROVECHE.
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