Santa Eulalia del Río Negro es otro de los pueblos más cercanos -próximo en la distancia y cercano en el trato y en el afecto-. Comparte ayuntamiento con Valleluengo y ése es ya un motivo suficiente para llevarnos bien o, por lo menos, para tener una relación correcta y cordial. En general creo que siempre ha habido un buen rollo entre los dos pueblos, descontando, claro está, las pequeñas batallitas campales que se daban de vez en cuando, de las que daré cuenta aquí mismo.
NOS SITUAMOS
Santa Eulalia ocupa las tierras situadas al NO del municipio de Rionegro, que se extienden a uno y otro lado del río. Y es el río Negro el que le da prestancia, prestigio y color. Las aguas de cristal, remontando la ribera hacia las lindes de Peque, por arriba del refugio de pescadores, un lugar para perderse en las tardes soleadas de cualquier día de cualquier verano. Allí el silencio, el abandono al paso del tiempo, el contacto cara a cara con la naturaleza viva y exultante, sin máscaras ni apariencias. Es el río el que le presta las mejores estampas paisajísticas, aguas abajo del puente: el entorno de la Peñota, al lado de la Fragua, el pequeño puente peatonal que enlaza con el camino de San Mamés, la ribera de "humeros", de alisios, a ambas márgenes del río, que nos llevan hasta Las Salgueras, el límite con Valleluengo.
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El pueblo se asienta escalonado subiendo la ladera por la margen derecha del río.
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Humean las chimeneas, atestiguando que aún queda vida por estos rincones. (Wikipedia nos da una cifra de 111 habitantes para el año 2012).
Al pie de la iglesia, a la sombra agradecida de las acacias o, tal vez, del moral -o de la moral- se reúne puntual el corrillo mañanero y se repite la escena en la plaza de la entrada, en el otro extremo del pueblo. Esas también son muestras de vida.
Los que componen los corrillos se muestran solícitos con el visitante y dan a entender en el acto el carácter hospitalario y acogedor de la gente que habita en el pueblo.
111 habitantes -más o menos- es mucha gente, si nos comparamos, por ejemplo, con Valleluengo. Sin embargo, Santa Eulalia no ha sido una excepción y ha sufrido también las dentelladas de la emigración. Sus gentes también han conocido y han recorrido todos los atajos en busca del cocido y tienen, por tanto, la piel y el alma curtidas por los aires de otras cumbres: de Francia o Suiza, el País Vasco o Cataluña o Madrid.
El pueblo se asienta escalonado subiendo la ladera por la margen derecha del río.
Humean las chimeneas, atestiguando que aún queda vida por estos rincones. (Wikipedia nos da una cifra de 111 habitantes para el año 2012).
Al pie de la iglesia, a la sombra agradecida de las acacias o, tal vez, del moral -o de la moral- se reúne puntual el corrillo mañanero y se repite la escena en la plaza de la entrada, en el otro extremo del pueblo. Esas también son muestras de vida.
111 habitantes -más o menos- es mucha gente, si nos comparamos, por ejemplo, con Valleluengo. Sin embargo, Santa Eulalia no ha sido una excepción y ha sufrido también las dentelladas de la emigración. Sus gentes también han conocido y han recorrido todos los atajos en busca del cocido y tienen, por tanto, la piel y el alma curtidas por los aires de otras cumbres: de Francia o Suiza, el País Vasco o Cataluña o Madrid.
SANTA EULALIA / VALLELUENGO
En apenas 45 minutos, te plantas en Santa Eulalia. Es un paseo. A mitad de camino pasamos La Raya, el valle de Palazuelo y la ermita de San Mamés - lugares de encuentro y de abrazos entre los dos pueblos, pero también lugares de desencuentro y de más de algún follón -. Es lo más normal, pasa en las mejores familias. Los conflictos más frecuentes se daban entre los propietarios de fincas colindantes: ("me has comido más de un suco... que me echas el agua pa la mi tierra..."). Pues aquí pasaba otro tanto de lo mismo. Aunque, en este caso, entre Valleluengo y Santa Eulalia había sus cosas que ya venían de muy atrás o eso es lo que dicen... (Cuentan que hubo una época en que Palazuelo era un pueblo, que estaba asentado posiblemente en el entorno de la ermita de San Mamés y que el tal pueblo desapareció por causa de la peste. Sólo sobrevivieron dos viejecitas, a las que les tiraban los tejos tanto los de Valleluengo como los de Santa Eulalia, que fueron los que consiguieron llevarse el gato al agua y, por tanto, heredar con todos los honores las propiedades de Palazuelo...).
Pontón a la salida del pueblo hacia Peque, por el que pasaba el camino antes de existir la carrettera actual. |
SAN MAMÉS
En el momento en que asomaban los primeros burros cargados con las talegas de las primeras peras del año, del Valle del Tera -que atravesaban el pueblo y escumbrían por Traslugar- ya los rapaces nos poníamos nerviosos y exigíamos de malas maneras a nuestros mayores que se diesen prisa porque nos iban a quitar el "sitio". Y al "sitio" de todos los años nos dirigíamos, al lado de la fuente de los Curas, allí montábamos el tendal, la manta en el suelo, los capazos abiertos en canal, las tajadas de pollo estofado (el pollo del corral...¡ojito!), el vino puesto a refrescar en el agua de la fuente..., las risas, ¡que aproveche! - gracias...si gustas...la copita de terry -el de las mallas-..
Ermita de San Roque
CON EL DEBIDO RESPETO
Hasta finales de los años 50, Santa Eulalia se llamaba Garrapatas. El cura del pueblo, D. Lorenzo, propuso el cambio del nombre por el de la santa patrona del pueblo y así se hizo. No hubo mayores complicaciones, salvo las reticencias y las resistencias de los pueblos de al lado, que no terminaban de acostumbrarse al cambio. Así que hubo sus más y sus menos. Sus más y sus menos, de un lado y del otro, a la greña (sin tampoco exagerar ni cargar las tintas, que siempre era en plan de chufla y de medio en broma): que si ¡¡portugueses!! y tú ¡¡garrapatudo!! (también los ¡¡peicudos!! Había para todos). Sin embargo, vamos a estar de acuerdo en que los nombres son siempre inocentes y no tienen tinte ni color, ni son ofensivos ni nada por el estilo, que la ofensa -si la hay- estará siempre en la intención de quien los pronuncia o en la aprensión y desconfianza del que los recibe, ¿o no?, pues, claro.
En el caso del cambio del nombre de Santa Eulalia las opiniones son diversas. Acabo de leer dos en internet y las traigo aquí como muestra:: 1º.- (Ver en: ocio.laopiniondezamora.es. Senderos de San Mamés en Santa Eulalia del Río Negro. "...esta hermosa localidad fue conocida con el "aspero" nombre de Garrapatas. Debido a ello, se producían fuertes contrastes entre tan "adusto" calificativo con la intensa belleza del propio pueblo..."). 2º.- (Ver en Hoy.es. Badajoz. Garrapatas de Santa Eulalia. "Hoy hace 33 años que me fuí con los amigos de camping a Garrapatas de Santa Eulalia. Instalamos la tienda a orillas de un río llamado Negro... A mí me gusta más lo de Garrapatas, pero los pueblos se avergüenzan de su nombre, si no son líricos y, entonces los edulcoran y pierden su encanto...")
En el caso del cambio del nombre de Santa Eulalia las opiniones son diversas. Acabo de leer dos en internet y las traigo aquí como muestra:: 1º.- (Ver en: ocio.laopiniondezamora.es. Senderos de San Mamés en Santa Eulalia del Río Negro. "...esta hermosa localidad fue conocida con el "aspero" nombre de Garrapatas. Debido a ello, se producían fuertes contrastes entre tan "adusto" calificativo con la intensa belleza del propio pueblo..."). 2º.- (Ver en Hoy.es. Badajoz. Garrapatas de Santa Eulalia. "Hoy hace 33 años que me fuí con los amigos de camping a Garrapatas de Santa Eulalia. Instalamos la tienda a orillas de un río llamado Negro... A mí me gusta más lo de Garrapatas, pero los pueblos se avergüenzan de su nombre, si no son líricos y, entonces los edulcoran y pierden su encanto...")
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