viernes, 22 de marzo de 2013

APEROS DE LABRANZA I


¿Qué me importa que se borren
los caminos de la tierra
con el agua
que ha traído la tormenta?
Mi pena es porque esas nubes tan negras
han borrado las estrellas
LEÓN FELIPE (el poeta de Tábara)

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Te quema el sol del estío,
te azota el viento de enero
y aguantas en el baldío
los hálitos del rocío
y el golpe del aguacero.

Dura y perenne es la brega, 
que pide riegos la vega,
que pide rejas la arada
que pide gente la siega
que el huerto espera la azada.
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JOSÉ Mª GABRIEL Y GALÁN

La historia del pueblo - de todos y de cada uno de los pueblos - está escrita sobre el polvo que cubre los aperos, que aparecen arrinconados en cualquier lugar donde se amontonan los trastos inservibles de la casa. Esas herramientas o utensilios que se utilizaban en la vida cotidiana del pasado: en el laboreo de los campos, en las faenas domésticas, (las de andar por casa), en cualquier actividad. Ahí están escritas en letras bien claras la vida, los trajines, las costumbres, las penas y las alegrías... de nuestras gentes, de nuestros antepasados.

(Las nubes tan negras que han borrado las estrellas, en los versos del poeta, pienso yo que es ese polvo que cubre, que tapa el pasado. Es el olvido - a veces el desprecio o la falta de aprecio de las cosas - El recuerdo las desempolva y les da vida)

Este es el primer capítulo de este tema. Seguirán otros con los títulos de APEROS DE LABRANZA II, APEROS DE ANDAR POR CASA y los que vayan surgiendo con el tiempo.

Solicito colaboración. Si alguien tiene fotografías o tiene o sabe de algún cacharro que crea merece sacarlo aquí, por favor, que me lo envíe (valleluengo66@gmail.com - 1212fuente@hotmail.es)



JUBO (YUGO).- A él se UÑÍA (uncía) la pareja de vacas. El arco o CAMELLA se colocaba justo encima de la testuz de la vaca (detrás de los cuernos). Con las CORNALES (correas de cuero) se sujetaba el jubo atándolo a los cuernos. El aro de hierro que figura en el medio es la TRASGA, en la que se introducía el TIRANTE del arado o de la vertedera (el palo largo) y se sujetaba con la CAVÍA  - lo encuentro escrito con "v" en "Toponimia menor del noroeste de la provincia de Zamora" - (introducida en uno de los agujeros del tirante).
LA TRASGA

LA CAVÍA





LA MELENA.- Una especie de almohadilla que ponían debajo del jubo, sobre la cabeza de las vacas para amortiguar el roce. Algunas llevaban una serie de flecos o correas colgando a modo de visera (ver fotografía) para proteger los ojos de la vaca de las moscas.









LOS BOZOS (BOZAL).- Hechos de alambre, se les colocaba a las vacas en el hocico para evitar que pastasen  mientras estaban de faena.


REJA DEL ARADO














ARADO.- Arado romano o tradicional. Es un arado sencillo, construido en madera, sólo la reja es de hierro y el tornillo que une el TIRANTE con la CAMA (base de madera sobre la que va encajada la reja).






VERTEDERA.- La vertedera es más consistente, más resistente que el arado. La base es de hierro. Lleva incorporado el OREJÓN (OREJERA = pieza de hierro en forma de oreja), que sirve precisamente para VERTER  o darle la vuelta a la tierra. Otras piezas son la REJA y la CUCHILLA y creo que la pieza alargada de hierro que la sujeta al tirante de madera es el ARBOL.



ARADO PRIMITIVO  (no os riáis, que el hombre lo pasa mal. Me temo que lo peor será cuando tenga que afilar la "reja".)



ARRODADERO.- para ARRODAR (MOLER - DESHACER) la tierra después de arada, (ESTRUZA = DESTROZA) los terrones. Lleva también un tirante que se sujeta a la trasga. El labrador va subido encima para hacer peso.


NARICERAS.- Por las buenas o por las malas. Para manejar a la pareja de vacas se utilizaban artilugios como los que aparecen en la fotografía. Esos aros llevan el nombre de nariceras porque se introducían sujetando la nariz del animal. Ved que cada una va atada a los RAMALES. De ese modo el labriego domina los movimientos de cada vaca a su antojo: -"Jo, vaca, ven al suco. - La madre que te parió. - Vuelve... Gallarda, que te parto el alma..."


LA IJADA.- Otro de los instrumentos de tortura u otro de los "argumentos" para hacerle ver a la pobre Gallarda o a la Guinda o a la Garbosa, la Rubia, la Morena, o a  la Mora o la Lucera que su deber era obedecer siempre, era la ijada, aquella vara larga - de fresno - con una punta de acero bien afilada en el extremo. Se le hincaba en los ijares (costillas), en el lomo y en las nalgas, nunca en la barriga. (A veces le salían unas gotas de sangre por el pinchazo y en seguida acudían los tábanos a cebarse sobre la herida).





CALLOS.- Herraduras de las vacas. Van clavados a las pezuñas. Observad que los agujeros para los clavos están situados en los laterales exteriores de la pezuña, porque es ahí donde tienen el "callo" más espeso.


EN LA RUEDA: BUJE, RADIOS Y LLANTA

LA BRACERA Y EL CABEZAL

LAS COSTANAS A LOS LADOS
CAÑIZO DELANTERO
CAÑIZO ENRAMADO, PARA ACARREAR LA PAJA MENUDA

LA CARRETA.- Es el principal medio de transporte para los materiales más pesados (para las cargas más 
ligeras está el burro). La BRACERA se  sujetaba al JUBO por el CABEZAL y se ataba con el SUBEO (SOBEO = correa de cuero más ancha y más larga que la cornal).
Las carretas estaban sujetas a los impuestos de circulación como cualquier vehículo. Primero deberían llevar la TABLILLA de identificación, con el nombre del pueblo. Como justificante del pago del impuesto anual deberían llevar sobre la costana clavada la chapa (se correspondería con la pegatina actual de la itv en los coches). (Me acuerdo ahora de algo que me contó mi amigo Virgilio sobre lo que le ocurrió a uno de Pumarejo de Tera con el tema de la tablilla. He dicho que en ellas iba escrito el nombre del pueblo del propietario de la carreta. El problema estaba cuando no había el espacio suficiente para nombres tan largos y no había más remedio que trocear el nombre en varios renglones. Eso es lo que hizo el paisano de Pumarejo y el nombre quedó así:
                                                   P  U   M  A   R   E
                                                   J   O   D   E   T   E
                                                   R   A

                                                 
CARRO DE VARAS.- Es más ligero que la carreta. Destinado para el tiro de una caballería, que iba encajada entre las dos varas o tirantes (este es muy moderno).






EL BOCAO (EL FRENO).- Hacía la misma función que las nariceras, pero éste se aplicaba a las caballerías. Se llama así porque la barra horizontal se introducía en la boca del animal. Las anillas de arriba se sujetaban a la cabezada y los ramales se sujetaban en los agujeros de la base.


CABEZADA.- La que lleva el burro puesta es algo diferente de la que aparece en la fotografía anterior. Esta lleva añadidas las ANTIOJERAS (ANTEOJERAS), servían para que el animal no desviase la atención hacia los lados y cayese en la tentación del bocado fácil o se distrajera en cualquier otra cosa que no tuviese que ver con la misión que en ese momento tenía encomendada).


COLLERÓN.- Las caballerías (burros - caballos - yeguas - mulas) también se enganchaban al arado o al trillo o al carro. Lo podían hacer en pareja o en solitario. En este caso había que adaptar las herramientas y los aperos: el arado con dos tirantes, el carro de varas. El collerón, como su nombre indica, se colocaba en el cuello del animal (como un collar) y a él se amarraba cada uno de los tirantes del arado o de las varas del carro (uno por cada lado).


SILLÍN O MONTURA.- Se utilizaba, sobre todo, como soporte para el tiro de arados, trillos o carros, a cuyos lados se sujetaban los tirantes. En la fotografía se pueden ver los correajes que lleva incorporados y que sujetaban la silla por detrás de las ancas. Esos correajes se llaman TRANCA  o RETRANCA (no me acuerdo si coincidían con los nombres que tenían en el pueblo). La CINCHA es el cinto o cinturón que sujetaba la montura alrededor de la barriga (igual que lo haría con la ALBARDA.


ALBARDA.- A diferencia del sillín, la albarda era más grande y cubría casi todo el lomo de la caballería. Encima se transportaban todas las cargas que el pobre burro tendría que soportar, desde la era, desde la siega, hasta el molino, los nabos, a las ferias... ("¡Allá él, que hubiera nacido pa obispo...!" - decían los viejos en el pueblo...)


LOS GANCHOS.- Tal como aparecen en la fotografía, se colocaban encima de la albarda. Servían, sobre todo, para cargar los nabos o sacos... En cualquier caso había que tener mucho cuidado a la hora de cargar, porque era necesario CONTRAPIAR (NIVELAR), el peso de cada lado.



HERRADURA.- El zapato de cualquier caballería. Se sujetaban con clavos a la pezuña, igual que los callos de las vacas.

HERRADURA DE LOS ZAPATOS DE MADERA DEL LABRADOR.-


(LAS FOTOGRAFÍAS DE LOS APEROS LAS HE CONSEGUIDO GRACIAS A LA COLABORACIÓN DE IGNACIO / BENILDE Y DE MIGUEL / ELOÍNA DE PEQUE. MIL GRACIAS A LOS CUATRO.)

sábado, 2 de marzo de 2013

CIERTA CLASE POLÍTICA, DE CUYO NOMBRE NO QUIERO ACORDARME




Babean con sus risas
sobre las miradas transparentes
de la gente.
Manchan, profanan y estercolan
lo poco que aún nos queda
de la verdad desnuda
(la inocencia de los niños).
Frivolizan y se mofan
del dolor de los más pobres:
(DESAHUCIADOS
MARGINADOS
DESARRAPADOS
LOS PARADOS
EMIGRADOS
LOS LISIADOS
DERROTADOS
DESGRACIADOS...)
Manosean las palabras
y cocinan otras nuevas
para que la realidad cruda e intragable
no se indigeste.
Vomitan sus mentiras
(una sarta cada día)
sobre esta tierra dócil,
yerma y agostada de esperanzas.

(Yo no sé muchas cosas, es verdad. 
Digo tan sólo lo que he visto. 
Y he visto: 
Que la cuna del hombre la mecen con cuentos, 
que los gritos de angustia del hombre los ahogan 
con cuentos, 
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos, 
que los huesos del hombre los entierran con cuentos, 
y que el miedo del hombre… 
ha inventado todos los cuentos. 
Yo no sé muchas cosas, es verdad, 
pero me han dormido con todos los cuentos… 
y sé todos los cuentos.
                                                                                            León Felipe)

Y nosotros, mano sobre mano,
blasfemando contra la pantalla
del televisor.
                                                 José Fuente