"El río Negro nace en Escuredo, provincia de Zamora, pasa por.... y desemboca en...Los afluentes por la izquierda son..."
Pues no, no es así. El río Negro, nuestro río Negro, no tenía la suficiente categoría para figurar en las páginas gloriosas, en la sección correspondiente de Geografía de aquella enciclopedia Alvarez, que nos teníamos que aprender de memoria... ¡Hala!, toda la retahila de los ríos, afluentes y subafluentes. Todos los ríos y montes,
menos los nuestros. Sabíamos que el Ebro nace en Fontibre y el Duero en los Picos de Urbión, pero el Negro, el río, el río nuestro de cada día, el río del molino, el del Pilo, el de las Pasaderas, el río al que confiábamos nuestras correrías y alguna que otra picia a la sombra placentera de los "humeros", ese río tan querido, tan cercano, que va cantando"su eterna estrofa de agua..." (Gerardo Diego)... Ese río, nuestro río, no existía, no era un río famoso y, por eso, no merecía estar en el cuadro de honor de la Geografía que nos contaba la enciclopedia Alvarez.
Acabo de hacer un recorrido aguas abajo por nuestro río. He recorrido -pateado- mil veces (y he disfrutado otras mil) la parte del río que nos corresponde (que corresponde a Valleluengo), desde "El Picón" hasta "El Retorno", "El Pilo", "Las Pasaderas". Ahora he saltado los límites y he intentado darle un repaso completo a todo el curso del río. Ha merecido la pena, porque más allá de "Las Salgueras" (límite entre los territorios de Valleluengo y de Santa Eulalia) se siguen descubriendo horizontes de belleza, paisajes que merecen ser visitados.
Desde las páginas de este blog quiero rendir homenaje al río que nos vio nacer. A este río humilde, perdido en el anonimato de las enciclopedias, pero presente desde siempre en la memoria de nuestras nostalgias.
A lo largo de varias publicaciones iré contando las cosas que he visto en mi recorrido y que creo que merece la pena que se conozcan.
NACIMIENTO DEL RÍO NEGRO
La iglesia de Escuredo se asienta sobre la cima de un cerro, al abrigo inexpugnable de unas peñas. Situada en la parte más alta del pueblo, supone un sacrificio añadido para la gente ya entrada en años, que tienen que subir renqueando para poder cumplir con sus devociones. Hoy es día de fiesta grande. Festejan el "Día de las Tres Personas de la Santísima Trinidad" (palabras textuales de un paisano del lugar, que yo respeto y no pongo en duda).
Desde las peñas que rodean el edificio de la iglesia por el flanco norte se divisa la Sierra de la Cabrera Baja. A la izquierda el Alto del Peñón (1840 m. - En la Wikipedia cuenta 2076 m -). Desde esa altura se despeñan las aguas recién desprendidas de los neveros y van formando uno de los arroyos que dará vida y existencia a nuestro río. El otro ramal llegará desde lo alto de Vizcodillo (2140 m), divisado en la distancia a nuestra derecha.
Cada uno de los arroyos hace su entrada triunfal en el pueblo, cada uno por su lado.
Bajan trotando monte abajo, como dos corzos traviesos, y terminan juntándose, fundiéndose en abrazo, a las afueras del pueblo.
CURSO ALTO / MEDIO
El río sale airoso de la angostura del cauce que le trae desde Escuredo y, apenas a unos pocos kms de su recorrido, ya se da un respiro. Se amansa y deja atrás las prisas, las rondas de juventud rebelde ("...que las rondas no son buenas / que hacen daño / que dan pena / y se acaba por llorar...).
Continúa nuestro río, adentrándose ahora por el valle de La Requejada, para llegar hasta las tierras carballesas por Anta de Rioconejos (PRÓXIMO CAPÍTULO)
Pues no, no es así. El río Negro, nuestro río Negro, no tenía la suficiente categoría para figurar en las páginas gloriosas, en la sección correspondiente de Geografía de aquella enciclopedia Alvarez, que nos teníamos que aprender de memoria... ¡Hala!, toda la retahila de los ríos, afluentes y subafluentes. Todos los ríos y montes,Desde las páginas de este blog quiero rendir homenaje al río que nos vio nacer. A este río humilde, perdido en el anonimato de las enciclopedias, pero presente desde siempre en la memoria de nuestras nostalgias.
A lo largo de varias publicaciones iré contando las cosas que he visto en mi recorrido y que creo que merece la pena que se conozcan.
NACIMIENTO DEL RÍO NEGRO
La iglesia de Escuredo se asienta sobre la cima de un cerro, al abrigo inexpugnable de unas peñas. Situada en la parte más alta del pueblo, supone un sacrificio añadido para la gente ya entrada en años, que tienen que subir renqueando para poder cumplir con sus devociones. Hoy es día de fiesta grande. Festejan el "Día de las Tres Personas de la Santísima Trinidad" (palabras textuales de un paisano del lugar, que yo respeto y no pongo en duda). |
| Alto del Peñón |
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| Vizcodillo |
Cada uno de los arroyos hace su entrada triunfal en el pueblo, cada uno por su lado.Bajan trotando monte abajo, como dos corzos traviesos, y terminan juntándose, fundiéndose en abrazo, a las afueras del pueblo.
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| Unión de los dos arroyos. Nace el río Negro. Ahí, más allá de las cercas de piedra de unos prados, escondido en la frondosidad de la vegetación. Escondido como si tuviera algo que "esconder" |
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| Iglesia de Escuredo |
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| Vista del pueblo desde lo alto de la iglesia |
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| Caserío típico |
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| Construcciones nuevas, adaptadas al medio. |
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| Club Social o Asociación. Entrada exclusiva para socios. (Hacía calor, pero la caña de cerveza tuvo que esperar hasta llegar al siguiente pueblo, a Doney de la Requejada) |
El río sale airoso de la angostura del cauce que le trae desde Escuredo y, apenas a unos pocos kms de su recorrido, ya se da un respiro. Se amansa y deja atrás las prisas, las rondas de juventud rebelde ("...que las rondas no son buenas / que hacen daño / que dan pena / y se acaba por llorar...).
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| Remanso del río, antes de llegar al campamento de Doney |
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| Campamento de Doney (a mitad de camino entre Escuredo y Doney de la Requejada). Un lugar privilegiado, con paisajes de ensueño, donde abundan los castaños, los robles o carbayos, los nogales, abedules, los alisos -nuestros humeros- y los fresnos. |
Continúa nuestro río, adentrándose ahora por el valle de La Requejada, para llegar hasta las tierras carballesas por Anta de Rioconejos (PRÓXIMO CAPÍTULO)
