lunes, 20 de marzo de 2023

DAR A CONOCER TANTA BELLEZA


 "No se puede amar lo que no se conoce, ni defender lo que no se ama"
Esta frase, atribuida a Leonardo da Vinci, cobra actualidad en estos días, de historia feliz en Valleluengo. Lo dicen las publicaciones recientes que acaban de aparecer en Facebook, de la mano de la Oficina de Turismo de Rionegro y la reacción de la gente ha sido espontanea, de aplauso unánime. Las cinco rutas que han marcado sobre los mapas topográficos (ver aplicación Wikiloc) y que, han ilustrado con comentarios e ilustraciones fotográficas, nos muestran con una nitidez palpable la belleza de esos "rincones con encanto" (Isabel Alvarez - Of. Turismo Rionegro). Son lugares emblemáticos, sin duda. Lugares muy significativos, que a todos los que hemos pateado desde pequeños las calles del pueblo y nos hemos perdido entre los entresijos y recovecos del monte, siguiendo el rastro de alguna pollada de perdiz, nos abre la espita de los recuerdos y nos invita a soñarlos de nuevo como unos lugares bucólicos.



Hubo un tiempo, no hace tanto, que los caminos estaban intransitables. Nos dolía ver tanto abandono y nos dolía, sobre todo, no poder admirar tanta belleza oculta en esos montes y parajes. Nos dolían las pisadas, que no dejaban las huellas marcadas, (las huellas del poeta..."Caminante, son tus huellas..."). Y fue ese el momento de poner en marcha la empresa de la limpieza y desbroce de caminos y rutas. ("Caminante, son tus huellas / el camino y nada mas...")

Y, poco a poco, fue aflorando a la luz, el paisaje iluminado de sol y de color. Mereció la pena. Y mereció la pena el sacrificio abnegado de tantas manos amigas, dispuestas a dar el callo y a dejar marcadas sus huellas haciendo camino.

 
Y ahora, si me lo permitís, y con el debido permiso de quienes han participado en la elaboración de estas rutas de una manera tan amena y tan didáctica, pues hace ya unos años (¡hay que ver cómo pasan y cómo pesan!) yo me vi envuelto en el embrujo de las musas, que me enredaron y me llevaron de la manga en la búsqueda del sosiego y de la paz de esos rincones...y "algunas hojas nuevas salieron de este olmo seco". Hoy las traigo aquí de nuevo.

LA FUENTE DE LA  DUERNA 
"Aquí parada y fonda. ¿Quién del pueblo y también de los pueblos vecinos no han probado en algún momento el agua de esta fuente? La fuente de La Duerna, la fuente por excelencia. Un lugar merecido para los pastores, que sesteaban las ovejas a la sombra de los carbayos de enfrente. ¡Cuántas veces dejaba el pobre pastor la botellica de vino para que refrescara dentro del agua y siempre aparecía algún desaprensivo que se aprovechaba. El pastor siempre creería que habría dejado mal tapada la botella..."


"Fuente de La Duerna,
un remanso de paz
Reposo mis ojos cansados
sobre el cristal de tus aguas
y respiro a bocanadas
la fragancia del sosiego.


Bebo el agua
en la cuenca humilde
de mis manos.


Calmo mi sed
anegando la memoria
con recuerdos que manan de tu lecho
y me siento transformado, 
navegando a la deriva
por los mares de los sueños."


Valleluengo, 12, febrero, 2012.

EL CARBAYO DE RETADUÑA
"El roble, carballo o carbayo de Retaduña es todo un símbolo para los que, desde que éramos unos rapacicos lo hemos visto siempre así de grandón, de imponente, que parecía que lo abarcaba todo, que lo podía todo y que, desde luego, cabíamos todos debajo de él. Llovía, había tormenta o caía un sol justiciero, pues buscábamos la protección divina del carballo (como si fuera un roble sagrado de los druidas)."


Como una diosa madre de mil brazos            
abarcas en abrazos infinitos                            
luz y aire, el sol en tu regazo,                          
y te yergues del suelo como un hito.    
           
El tronco carcomido y horadado                   
tu corazón partido late abierto,                     
remanso de nostalgias, ya colmado               
el río,  desbordado en sentimientos.              
                                                            
                                 Cobijas los recuerdos de este pueblo,                                  
tus ramas como páginas de historia
relatan el pasado, y yo tiemblo
de emoción, escarbando en tu memoria.

Baila el aire en las hojas una jota,
gaitas y tambores orquestan las aves,
el nido de la rolla en la rama flota,   
tortolicos de amores...tanto ardor...¡SUAVE!

Valleluengo, 26, febrero, 2012.

VALDIGUICIA



                                                 Corre el agua cantarina
- ¿Dónde su manto de armiño?

Corre el agua cristalina
- Dónde las risas y trinos?


Corre el agua cantarina
- Dónde el bullicio y los niños?

                                                       Corre el agua cristalina
                                                      - Valdiguicia va hacia el río.
y se sumerge en el Pilo

Corre el agua cantarina
con un silencio perdido
entre añoranzas y olvidos.

                                                          Corre el agua cristalina
                                                      - ¿Dónde se fueron sus gentes?.
               - ¿Por qué no cantan las fuentes?


Valleluengo, 16, noviembre 2011

 BODEGAS Y  VINO.
"En la bodega, debajo de la cuba grande, siempre estaba dispuesto el vaso de cristal, un vaso que hacía un cuartillo. El vaso tenía el mismo color del vino (porque nunca había catado ni el agua ni el estropajo). Antes de llenar la jarra, con la que se llenaría a continuación la garrafa de medio cántaro, se escanciaba vino en el vaso hasta colmarlo y cada uno de los que asistíamos al ritual, grandes y chicos, apurábamos el vaso como si rindiéramos culto a Baco o a Dionisio... que pal caso es lo mismo uno u otro."


         
           Por una cuesta empinada,                    
        vista al frente, el paso firme,             
remontábamos la Chana 
    y, a la bodega, ¡jolines!                

                  
E,l vino fresco salía                             
y fresco entraba pa dentro                  
y, a gatas, ¡ay madre mía                    
estrellado el firmamento.                   

El vaso lleno hasta arriba                   
empina el vaso hasta abajo,               
que al tieso mozo, ¡ay demina!,        
derriba de un solo tajo.                      
     
La Chana abajo rodando,
ji,ji,ji, llegan los mozos,      
 ja,ja,ja, bajan cantando,  
 ¡ay qué risas, qué alborozo!

  Bífidas lenguas pregonan
que los mozos se emborrachan,
y las mozas se enamoran,
se enamoran las muchachas.

A la sombra de los prados
duermen la mona, ¡tadicos!,
 ¡cómo un vino tan aguado
  causó ese efecto maldito


Valleluengo, 6, marzo, 2012

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