viernes, 20 de enero de 2023

¡...Y VENGA SANTOS!!: SAN ANTONIO - LOS MÁRTIRES - SANTO TIRSO (SANTUTISO) - SAN BLAS - SAN MAMES (SANAMEDE)...

 
Señor Cura, le esperamos ya
con el santo para desfilar
Este año será el mejor
si Dios quiere y el Santo Patrón. ( Canción popular)


Y qué largos y qué condenaos se hacían aquellos días de enero. Eterno enero, que no se pasaba nunca. Sí, es verdad que los rapaces nos creábamos nuestras propias aventuras y, ¡vele ahí!, que conseguíamos salir de la modorra. Estaban los pájaros, las pajareras, las bocas bajo las tejas de los aleros de las casas, que con linterna en mano, hacíamos nuestro agosto de caza pajarera. ¿Dónde estaba entonces nuestra conciencia ecologista?... Enero parecía un mes vacío y tristón, sin alicientes... Aunque, a decir verdad, hay un hecho incontestable al que le debemos pleitesía (devoción): colgados de unos varales (palos) en el techo de la cocina humosa aparecía lozana y sabrosa toda clase de chacina y, no me digas que no, pero eso rompía toda clase de voluntades, despejaba el alma y prestaba alas al viento.
De repente un día empezaron a repicar las campanas. Enero se había embravecido.  Cada domingo tocaban en un pueblo distinto. Los santos desfilaban repartiendo dones, milagros y atributos varios. San Antonio Abad, en RIONEGRO. Los Mártires, en JUNQUERA.  Santo Tirso, en LA MILLA.  San Blas, en VALLELUENGO y VILLAR. San Mamés, en SANTA EULALIA .
Bueno, pues,  eso no era más que una manera digna de empezar el año. Todos en tromba, toda una comarca dispuesta a tirar la casa por la ventana. En poco más de quince días quedaba todo liquidao. Es que las fiestas declaradas como patronales eran fiestas "grandes" y esa categoría requería "misa de asistencia", para lo cual eran necesarios 3 celebrantes. Y de eso se trataba, de compaginar los tiempos y los días.
Y nacían los refranes y las coplas como una necesidad de desahogo. ("Santu Tisu me lo djo / San Blas me lo dijo más / las Candelas, muy de veras, / la mitá del invierno / quedó pa trás"). La pena, la negra pena quedó colgada entre los nubarrones del invierno, que se ha ido. Ahora los días se anuncian más largos y dadivosos, más benigno el aire,  con otros horizontes.
                                 


Y una luz como esperanza cubrió el desánimo y nos trajo esa bocanada de aire fresco, porque, ahora sí, lo necesitábamos. Pensábamos que nos habíamos quedado solos. Y eso ahora ya no es cierto. Ahora hemos aprendido a cogernos de la mano y de caminar juntos. ¡Adelante, pues!

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AUNQUE ES POSIBLE QUE LAS COCINAS ANDEN ESCASAS DE CHACINA, MALO SERÁ QUE EL DIA 4, SÁBADO, VALLELUENGO ESTE ABIERTO PARA RECIBIR A TODAS LAS GENTES AMIGAS DE LOS ALREDEDORES Y PODER INVITARLES A UN BOCAO.