martes, 6 de febrero de 2018

SAN BLAS 2018

Y otro año más hemos cumplido con creces con la tradición. Un año más hemos roto la rutina del diario de a bordo de este pueblo nuestro; hemos roto los silencios y hemos llenado el aire de compases bullangueros, de sones de gaita y del estruendo de los cohetes de la fiesta. San Blas bendito nos desperezó de la monotonía, tantas y tan largas las horas del invierno, acunados por el silbo del viento...

Un día de sol y de viento helado. Honor y honra a los san blases de siempre. Así ha de ser para romper el maleficio de los refranes ("Si la Candelaria (2 de febrero) plora el invierno está fora y si no plora, ni dentro ni fora...")
La excusa perfecta para buscar el amparo de la lumbre y la compasión de los guisos de cazuela.
No se hable más de las cosas mundanas, que a punto está el campanero de repicar y de llamar al orden a los fieles. Comienza la procesión.
Con paso recogido los devotos recorren en silencio y con respeto, con mucho respeto, las calles del itinerario procesional. La gaita y el tamboril acompasan y ambientan el recorrido.
Las campanas son testigos fieles, notarios que dan fe. El campanero se entrega.


La procesión. Video realizado por Javi Ferrero

Descanso merecido para los gaiteros.

CONTINÚA LA FIESTA EN EL BAR DEL PUEBLO. ARMONÍA Y CONVIVENCIA

Voces templadas, cancionero de la tierra. Voces que abrazan y voces que unen.

ES  LA HORA DE COMER. ¡QUE APROVECHE!

Sopas de migas con patatas y unto para la cena de la víspera.
Carrilleras de bacalao y merluza a la vasca para la fiesta
Y ahora ya, comidos y bebidos, caras de satisfacción por el deber cumplido... Ha merecido la pena.