lunes, 30 de diciembre de 2019

FELIZ AÑO 2020




FELICES FIESTAS DE TODOS/AS 
PARA TODOS/AS
Quisiera incorporar en esta página las caras de toda la gente del pueblo para felicitar el nuevo año. Lo intentaré. Habrá alguno que se quede fuera, le pido perdón y le pido que se sienta dentro con el mismo derecho y con el mismo cariño. Los abrazos son para todos.
Suena la campa. Tocan a concejo o, tal vez, a "arrebato". Sea lo que sea, levantemos la copa o la jarra o el barril, y brindemos por todos/as.

 Abrimos puertas y ventanas

Desde la tribuna del escaño, al amor de la lumbre


Os recibimos en la casa de todos/as
 
 
 
 
 
 
 
 


...Y QUIENES NO APAREZCAN EN LAS FOTOS 
RETRÁTENSE EN ESTE MARCO

DESDE EL CORAZÓN DE LA ESPAÑA VACIADA,
 DESDE EL DESGARRO DE LA IMPOTENCIA Y DEL TRATO INJUSTO Y DESIGUAL,





LOS MEJORES DESEOS DE LA ASOCIACIÓN "AMIGOS DE SAN BLAS".

FELIZ Y PRÓSPERO AÑO 2020


viernes, 22 de noviembre de 2019

TARDE DE OTOÑO EN VALLELUENGO



Llueve,
 detrás de los cristales, llueve y llueve
sobre los chopos medio deshojados,
sobre los pardos tejados,
sobre los campos, llueve.
Antonio Machado


Lloran las hojas
lágrimas de lluvia,
sangre de lluvia,
sobre una tarde de otoño.

Gotean las pardas hojas
de la higuera y de la peral grande,
de los negrillos, el manzano y el nogal.

Arrecia la lluvia
y golpea con saña los cristales.
Mi corazón late
y siente el sabor amargo
de la soledad.

Tan solo el viento
(y algún que otro perro suelto)
ocupan las calles,
 murmurando(o ladrando)
al silencio que dejó la ausencia.

No da abasto esta lluvia compasiva 
para cerrar el boquete de la herida, 
la hemorragia
incontenible de los que se fueron.

Es tarde de otoño en Valleluengo.


Recupero aquí unas líneas que escribí y publiqué en este blog en el otoño de 2012. Los mismos síntomas, los mismos sentimientos y las mismas inquietudes ahora y entonces.




Desnuda está la tierra,
y el alma aúlla al horizonte pálido
como loba famélica. ¿Qué buscas,
poeta, en el ocaso?
¡Amargo caminar, porque el camino
pesa en el corazón! ¡El viento helado,
y la noche que llega, y la amargura
de la distancia!... En el camino blanco
algunos yertos árboles negrean;
en los montes lejanos
hay oro y sangre... El sol murió... ¿Qué buscas, 
poeta, en el ocaso?
Antonio Machado


                                             
                                       
         


El viento helado... la noche... la amargura... y la distancia... El sol murió y el ocaso anegó de sombras la noche callada. (El poeta A.Machado expresa en estos versos su dolor por la pérdida de su amada Leonor. Yo se los pido prestados para expresar el sentir y la pena; para soltar los amarres del dolor y romper los cercos del silencio ... para declarar una lucha sin cuartel contra el destino.)
La lluvia, pegada a los cristales, rememora estampas de otros tiempos. La lluvia mansa, que serena las nostalgias. La lluvia como bálsamo.













jueves, 24 de octubre de 2019

ADIOS, AURELIANO




________________________________________________________________________________
El pasado día 9 de octubre murió Aureliano en Buenos Aires. Era hijo de Consolación Prieto (hermana de la ti Concepción, de Laura y de Rogelio) y de Avelino Fuente (hermano de Tomasa, Genoveva, Santos, Agustín, Celestino y Ascensión). A finales de los años 40 emigró con sus padres a Buenos Aires. Como la mayoría de los que se fueron, Aureliano llevaba a Valleluengo -su pueblito- a flor de piel. El era un fiel representante de los que emigraron a Buenos Aires. Tal vez fue el más joven de los que se fueron, allá por los años 40, apenas tendría 10 ó 11 años. 
Quiero rendirle mi homenaje y mi cariño y creo que haré bien si lo hago también en nombre de toda la gente del pueblo. Para él y para todos los que en su día cruzaron los mares en busca del sustento.

__________________________________________________________

Querido Aureliano:

 Los recuerdos perduran porque la memoria de los seres queridos sigue viva, permanece. Sigues con nosotros, Aureliano. Nos debemos los encuentros y los abrazos, todos los recados de cariño que han cruzado tantas veces el océano. Los mensajes que compartíamos en cada acontecimiento o celebración familiar a través del grupo de whatsapp. "Os quiero mucho a todos", "cuánto me acuerdo de mi pueblito, de Valleluengo...", repetías con la voz entrecortada por la emoción. Y todo eso no se olvida porque es memoria viva.
  Déjame que repase los momentos que pasamos juntos, que desgrane las vivencias de aquellos días en tu casa de Pompeya (Buenos Aires). Aquellas pláticas en el balcón, sentados uno frente al otro, bajo la caricia del sol porteño de noviembre (ya la primavera del Sur bien avanzada). Un único tema en la conversación (perdona, Aureliano, si mejor digo en el monólogo, porque vos lo hablabas todo). Un solo tema que abarcaba todo el horizonte de tus recuerdos imborrables: Valleluengo.
Te acordabas perfectamente de los lugares, de las calles, de las amistades. Me preguntabas por fulano o por mengano. Te interesabas por cada detalle. Yo intentaba informarte y tú me cortabas para rememorar viejas historias o correrías o travesuras. 
Fuimos un día a la Casa de Zamora y de Castilla y León, que estaba a poca distancia de tu casa, y allí, con Ramón, el primo de Pilar, yo te vi pletórico. Te quejabas a menudo de que te dolía una pierna, que te dificultaba el movimiento, pero ese día subías y bajabas las escaleras como un pibe, te movías eufórico por cada una de las estancias, porque te encontrabas a gusto, como en tu propia tierra.
Asomaba abiertamente la añoranza, la nostalgia de la ausencia, como un desgarro en el alma.
Recuerdo perfectamente el año que viniste al pueblo, acompañado de Pilar. Fue un mes de mayo del año 2003. Tengo aquí un pequeño "Diario" que escribiste entonces. Transcribo algunos párrafos:
En Valleluengo. Mayo 2003

"...y ahora sí, son las 17 hs del 7 de mayo, ¡¡QUÉ EMOCIÓN!! Entro en Rionegro del Puente. Bajo del coche y lo primero es dar gracias a mi virgencita de La Carballeda. ¡Me abrieron el santuario y el cura prendió todas las luces de la iglesia exclusivamente para mi! Bueno...no se puede explicar la emoción que sentí después de 43 años..., verme frente a mi virgencita de LA CARBALLEDA.
Y ya estoy en los umbrales de VALLELUENGO. Con la máxima tensión y emoción empiezo a recordar todo, veo a la poca gente que queda aún, salen todos a recibirme, todos me preguntan. A mi no me salen de entrada las palabras, ¿estoy soñando?, no puedo convencerme que esté en el lugar donde nací. ¡Es increíble!
...Estoy en mi casa, lugar donde nací... camino por sus tierras, estoy en el río, paso por las bodegas y por la escuelita donde aprendí mis prieras letras. Lo recorro de punta a punta, estoy en los castaños detrás del pueblo, miro sus campos (ahora llenos de maleza, bosques y animales...)
...ya estoy saliendo, pero antes me quedo quieto por unos minutos en su fuente central, miro para todos los lados y me emociono mucho, pienso :¿volveré a verte algún día mi querido pueblito de Valleluengo?..."
Gracias por todo, Aureliano. Con este brindis de amor y de cariño seguirás vivo siempre en el recuerdo del pueblo. Hasta siempre.