sábado, 24 de mayo de 2014

VARADERO


Varadero es otra cosa. Varadero no es Cuba, Cuba es otra cosa. Varadero es como un oasis dentro del desierto. Nada tiene que ver con el transcurrir de la vida cotidiana en la isla.
 Allá estaban medio en "carnijas" canadienses y canadiensas de Toronto, de Vancuver, de Quevec (No Canadian, We´re from Quévec)... ¡qué sé yo!, medio Canadá metido en el sol de Varadero, buscando los placeres que el clima de su tierra les niega, buscando el turismo barato y buscando el TI (Todo Incluido. Incluidos los cócteles -qué malo el "bloody Mary"-, las cervezas cubanas -"Bucaneros" y "Cristal"- Incluidas las cogorzas de padre y señor mío...). Tres horas de avión desde Toronto (así cualquieradesde Madrid son 10 para ir y 8 para la vuelta). También había argentinos, uruguayos, brasileiros. No vi americanos de
USA, no sé por qué, porque en tiempos aquello era la finca privada, el cortijo de los grandes magnates americanos (de USA). Tampoco vi a gente cubana que estuvieran allí disfrutando, con los ombligos tendidos sobre la arena blanca. No estaban allí porque ellos estaban de "servicio" en los hoteles, era lo suyo. Eran/son la servidumbre.

Al finalizar la IIª Guerra Mundial, las familias ricas de USA se quedaron desamparadas, privadas de la paz y el sosiego que encontraban en los balnearios y en las playas de la Europa mediterránea (había quedado todo destruído por la guerra). Varadero será el lugar elegido para sustituir a la vieja Europa. 
Ya, antes, en el año 1927, un tal DuPont (magnate americano de origen francés) había instalado sus descansos en una finca que ocupaba la mitad de los 20 kms que tiene la península de punta a punta (esa finca fue confiscada, igual que todas las grandes mansiones de toda la isla por el gobierno de Castro. Ahora esa finca está convertida en el mayor campo de golf de todo el Caribe)
Para asegurar la paz, la tranquilidad, el orden y la seguridad contra los intrusos decidieron -con el consentimiento y complicidad de Batista (derrocado por Fidel Castro)- separar la península de la isla construyendo un canal y hasta un puente levadizo en el mismo punto de unión de la isla con el apéndice peninsular. 
La caída del comunismo en Rusia (1989) supuso un golpe mortal para la economía cubana (cerca del 80 % de los ingresos de la isla provenían de Rusia). A partir de esa fecha no tuvieron más remedio que inventarse otras fuentes de ingresos. Una de esas fuentes será el turismo y, sobre todo, el turismo de Varadero. (Esa es, al menos, la versión oficial o la justificación. El guía lo comentaba como pidiendo perdón por parte de "nuestro gobierno". Aún así, cuesta entender tanta contradicción: tanta "reserva" de lujo dentro de un mismo país, hundido en la escasez más absoluta.)  Ahí los turistas gozarán de las bondades de un clima benigno, de las playas interminables, de la serenidad del paisaje, de los agasajos en los hoteles (no estaba incluida la langosta y el vino era malo).
Ahí los turistas podrán relajar su conciencia y su espíritu sin que peligre su paz interior, por si acaso se asomaran al otro lado del puente levadizo y se dieran de bruces con las estampas descarnadas de la Cuba pobre y deprimida, de una Cuba resignada y reprimida... 

En cualquier caso yo me quedo con la gente de la Cuba campesina, con la gente humilde de las barriadas pobres de la Habana, con aquella gente que llevaban la angustia y la resignación pintadas en el rostro, pero con la sonrisa pronta y la mano tendida siempre. Yo me quedo con la alegría y el desparpajo de Yoni (el conductor) o de Delio (el guía). Yo me quedo con la mirada desesperada de aquel hombre (omito su nombre), profesor de Historia, cuyo abuelo había emigrado a Matanzas desde Trefacio (Zamora, año 1870), que nos contó la historia de su hijo encarcelado (le pedían pena de muerte en el juicio), por el simple hecho de enfrentarse a los dictados de la dictadura. (Yo me ofrecí a contactar son sus parientes en Trefacio).





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