miércoles, 4 de marzo de 2020

ADIOS, BERNARDINO




"Así, sin previo aviso.
Como irrumpe el amor de adolescencia.
De golpe.
Así se fue una tarde.
Desde sus paraísos del color del cobre,
dibujando en el aire
su desmedida pirueta solitaria,
gozoso, aureolado de pájaros,
de mariposas blancas."

Félix Barajas
(Versos recogidos en el recordatorio)

Se nos ha ido Bernard (en Valleluengo Bernardino). Cuesta creerlo, pero hay verdades que se resisten a los espejismos y, ¡maldita sea!, habremos de aceptar la verdad, aunque nos escueza el alma. Se fue "sin previo aviso" (...) "aureolado de mariposas blancas". (¡Qué bien traídos estos versos para tu recordatorio, para guardar la memoria fiel de tu paso por la vida!). 
"Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo"

Miguel Hernández. "Elegía a Ramón Sijé"

Te has ido presto, sin esperar las despedidas, sin aguardar a los adioses. Te has ido "ligero de equipaje". ("Y cuando llegue el día del último viaje, / y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, / me encontraréis a bordo, ligero de equipaje, casi desnudo, como los hijos de la mar"/. Antonio Machado). Te has ido en silencio, con la misma sencillez con que has vivido.
Nos has dejado el vacío de tu ausencia, pero nos sentimos arropados por el mensaje perenne del optimismo, de las sonrisas, del humor, de la ironía fina, de la mano amiga, de los abrazos y las ilusiones compartidas. Ese es y será el Bernardino que recordamos y que luciremos con orgullo en la memoria.
Hoy me propongo llenar ese vacío con el agradecimiento y el reconocimiento que te mereces por la labor desarrollada en Valleluengo. Me atrevo a hablar en nombre del pueblo y, en su nombre, te doy las gracias. Gracias por tu ejemplo, por tu coraje y por tu tesón. Has de reconocer que has sido uno de los referentes que ha marcado hitos en la reciente historia de Valleluengo. Gracias a ti aprendimos el camino, perdimos los miedos y los complejos y echamos a andar.
Acuérdate de aquellos años, allá por los inicios de los 70, cuando el pueblo iba tocando el fondo del precipicio y se desangraba sin remedio por la herida de la emigración.  Acuérdate de lo perdidos que andábamos, dando bandazos a un lado y a otro. Acuérdate de las pláticas que manteníamos hasta altas horas, en las que tú nos "dabas tanto la brasa" para que fuéramos conscientes de la gravedad del momento. Gracias a tu tesón, se despejaron los horizontes y conseguiste que muchos del pueblo tomáramos conciencia de la situación en que nos encontrábamos.
Y, poco a poco,  aprendimos el arte de llamar a las puertas de las administraciones, sin hacer demasiado ruido, haciendo nuestro el verso del poeta Francisco Pino: "Abridnos las puertas, que sólo pedimos pan". Abridnos las puertas, que sólo pedimos lo nuestro, nuestros derechos, tan sólo lo que nos pertenece. Nada más... y nada menos.
                                             
Y aprendimos también a dar los  golpes precisos en la mesa. Lecciones de rebelión y coherencia. No nos quedamos dormitando en la mística de la lírica, porque nos enseñaste a remontar el vuelo con la valentía, la decisión y la nobleza de las águilas. Y delante, siempre presente, el mensaje de Unamuno, que tú hiciste tuyo: "Yo me propongo agitar e inquietar a la gente, no vendo pan, sino levadura"
                          
Y nos sentimos impelidos por el toque de arrebato, el toque loco de campanas que golpeaba las conciencias de todos los que sentíamos a Valleluengo como algo muy vivo y muy nuestro. 


... y, sobre todo, por encima de todo, se devolvió la ilusión y el optimismo a la gente... No estaba todo perdido, estaba todo por hacer, pero había ganas. Había prendido la mecha.
Y había prendido la esperanza de que quizás algún día volverían a humear las chimeneas porque se habría avivado el rescoldo del hogar .
A Bernardino le debemos los inicios, el arranque,
 el empujón o el pescozón necesario para desperezarnos. No se puede entender la historia de los últimos  40 años de Valleluengo sin analizar estos comienzos, estos primeros pasos, que supusieron el despertar de la conciencia colectiva de un pueblo que se supo y se mantuvo UNIDO.
_____________________________________________________________

Desde este blog queremos reconocer y agradecer de corazón  tu labor, tu esfuerzo, tu dedicación. Un homenaje sencillo, pero sincero. Estoy convencido de que ése es también el sentimiento  de toda la gente del pueblo. Un abrazo.













__________________________________________________________________________



Y ahora brindemos contigo. Todos unidos brindamos por la amistad, por los amigos de verdad, por los que se han ido, pero que se quedan con nosotros porque han dejado la huella profunda.
Seguimos contigo, AMIGO.




____________________________________________________________________________


UN RECUERDO ESPECIAL DE LA ASOCIACIÓN "AMIGOS DE SAN BLAS"

Las fotografías han sido facilitas por Alegría Junquera. Muchas gracias.
























4 comentarios:

  1. Estupendo y merecido reconocimiento a Bernardino, gracias por exponerlo tan bien en tu blog, José, y cuánto sentimiento por la pérdida!!!
    M.Jesus.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, M.Jesús. Bernardino merece el reconocimiento de todos nosotros. Fue un amigo y lo seguirá siendo.

    ResponderEliminar