viernes, 20 de octubre de 2017

UN HOMENAJE MERECIDO


"Un día cualquiera Mateo y Nico pasaron lista a los males de la tierra y concluyeron que los peores males no estaban en las inclemencias del tiempo, ni tan siquiera estaban en la aridez y contumacia de los campos, que se negaban cada año a satisfacer con sus frutos el hambre y las necesidades de quienes los cultivaban, los mimaban y arañaban palmo a palmo para tratar de exprimir hasta la última gota de la sangre negra de la tierra. No eran esos los peores males de Vallijeijo ni tampoco de la comarca de la Duerna. Era peor la resignación, la sumisión, la pasividad, la alargada sombra de la siesta permanente, a pierna suelta, de sus gentes. Era peor, mucho peor, el miedo, la desconfianza, los complejos de culpa, los complejos de inferioridad, la falta de autoestima. Peor la indiferencia y el desprecio de uno mismo, la falta de confianza en uno mismo..." ("Los sueños rotos de Mateo" - José Fuente. 2016)



"...Pero aquella gente, que se había ido y ahora volvía con los calores y ardores del mes de agosto, no estaban dispuestos a caer en el desánimo y a ahogar la rabia y el coraje en el vino de la fiesta y del olvido. Eran viejos y jóvenes, los padres y los hijos, que habían forjado su carácter sobre los yunques insolentes e insensibles de las fábricas; con la voluntad curtida y tostada al retesteiro del sol que azotaba los tejados de los edificios en construcción; fajados en la disciplina implacable que marcaba el despertar de cada mañana y en los ritmos trepidantes, monótonos y fríos de la cadena de montaje..." (Idem)


Hubo un tiempo anterior a la historia del bar, un tiempo que fue anterior a la "movida" de la gente para reclamar, luchar y conseguir todo lo que se pudo conseguir. Corrían los años 1975/76 y ya hacía algunos años que el traqueteo de las carretas había dejado de atronar los caminos y cada vez eran menos las hoces que relucían sobre los campos de trigo. Tiempos de pesimismo y de sombras. El pueblo se desangraba, se marchitaban los ánimos... 


Y una larga espada de Damocles pendía de un hilo inmisericorde de amenaza sobre las gentes del pueblo: la deuda acumulada de los impuestos impagados de los "Comunales", más de 70.000 pesetas, un pastón. A ver quién paga eso. Y si no se paga en el plazo fijado por la Administración esos montes pasan al Estado. Ahí está el problema, una pesadilla que recorre puerta por puerta las conciencias de los vecinos.


Y fue ahí donde saltó la chispa, el apremio de la necesidad espoleó los ánimos. Ese fue el toque de arrebato, un toque loco de campanas, una llamada de alarma.


Me acuerdo que fue una tarde de abril, puede que fuera Semana Santa. Estábamos sentados al abrigado del sol de la tarde. Yo tomaba nota y Bernardino iba desenrollando el ovillo de todas las medidas que habría que tomar para salir de aquel atolladero. (- Tenemos que movernos. - Tenemos que organizarnos. - Tenemos que...). Bernardino arrastraba y convencía. (Recorrimos los lugares a los que la gente del pueblo había emigrado. ¿Te acuerdas?, con aquel dauphine viejo. Recaudamos el débito de los Comunales. Se solicitaron del Ayuntamiento los servicios públicos: agua - teléfono - carretera de acceso - pavimentación de calles - alumbrado público..., la concentración parcelaria, el coto de caza...). 
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(Escrito enviado por el Ayuntamiento solicitando los servicios públicos para Valleluengo)

“AYUNTAMIENTO DE
 RIONEGRO DEL PUENTE”

Excmo. Sr.:
Por medio del presente me permito recordar a V.E. para si bien lo considera incluir en los próximos planes bienales las necesidades del anejo de esta localidad de Valleluengo por carecer esta localidad de los servicios más imprescindibles:
1º.- ABASTECIMIENTO DE AGUAS
2º.- ALCANTARILLADO
3º.- TELEFONO
4º.- ARREGLO CON RIEGO ASFÁLTICO DEL CAMINO DE ENTRADA AL PUEBLO
5º.- PAVIMENTACIÓN Y ALUMBRADO PÚBLICO.
Lo que a instancia de varios vecinos me permito solicitar de V.E.
Dios guarde a V.E. muchos años

Rionegro del Puente 10 de enero de 1976

Firma (el Alcalde)

               
Excmo. Sr. Presidente de la Diputación de Zamora.

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Pateamos los despachos oficiales, reclamamos la atención de los medios de comunicación... y, sobre todo, por encima de todo, se devolvió la ilusión y el optimismo a la gente... No estaba todo perdido, estaba todo por hacer, pero había ganas. Había prendido la mecha.


Y había prendido la esperanza de que quizás algún día volverían a humear las chimeneas porque se habría avivado el rescoldo del hogar .




A Bernardino le debemos los inicios, el arranque,
 el empujón o el pescozón necesario para desperezarnos. No se puede entender la historia de los últimos  40 años de Valleluengo sin analizar estos comienzos, estos primeros pasos, que supusieron el despertar de la conciencia colectiva de un pueblo que se supo y se mantuvo UNIDO.



Desde este blog quiero reconocer y agradecer de corazón  tu labor, tu esfuerzo, tu dedicación. Un homenaje sencillo, pero sincero. Estoy convencido de que ése es también el sentimiento  de toda la gente del pueblo. Un abrazo.


"...Pero no se quedó dormitando en la mística de la lírica, porque remontó el vuelo desde la espera y fue capaz de rebelarse. Aquí y ahora es el tiempo de las águilas: nobleza, valentía y decisión; cabeza alta, coraje y una dosis de mala leche, de rebelión contra el destino, contra el statu quo. Delante, siempre presente, el mensaje de Unamuno: <Yo me propongo agitar e inquietar a la gente, no vendo pan, sino levadura>" ("Los sueños rotos de Mateo" - José Fuente. 2016)





miércoles, 11 de octubre de 2017

VALLELUENGO (AÑO DE 1909). CONSTRUCCIÓN DE LA CASA-ESCUELA

No quería yo haberme ido tan atrás. Ha sido por casualidad. Sin pretenderlo ni buscarlo apareció un documento (que me facilitó José Miguel) que hace referencia a la construcción de una casa-escuela en el pueblo de Valleluengo, en el año 1909. Se habla en el documento de una comisión nombrada por el pueblo para que recaude y gestione los recursos necesarios para rematar la construcción de dicha escuela.

Esa escuela de la que habla el documento fue nuestra escuela. Ahí iniciamos nuestros primeros pasos en las letras. Ahí aprendimos las primeras reglas del juego de la convivencia y del respeto mutuo. Ahí aprendimos que al otro lado de nuestra mirada estaban los demás, los otros y, así, aprendimos compañerismo y el valor de la amistad.


COPIA DEL DOCUMENTO

Los vecinos de Valleluengo
Vicente Toledo y Guillermo Gallego y Bernardino Junquera como nombrados como estamos en comisión para la construcción de dicha casa de escuela y careciendo de recursos para continuar dicha obra nos han prestado la cantidad de quinientas pesetas por el plazo de un año al 7 por ciento y mas 200 pesetas de la cofradía de los mártires que entregó el mayordomo Manuel Colino ganando también lo mismo que las demás cantidades y con el mismo plazo.
Y así mismo suplicamos al pueblo nos autorice a la comisión para que nosotros pongamos nuestros intereses a favor de dicha casa una comisión al frente del pueblo nos firme este simple documento que cumpliendo dicho plazo y el pueblo no levanta esta carga y satisface estas cantidades podamos disponer la comisión de dicha casa como propietarios en
Valleluengo 28 de noviembre de mil novecientos nueve.
Lorenzo Gallego                                           Francisco Toledo
                                                                      Lázaro Blanco
FIRMAS QUE ACOMPAÑAN AL DOCUMENTO

Anselmo Junquera                                        Justo Gallego
Antolín Toledo                                              Juan Prieto
Clemente Blanco                                          Agustín Fuente
Juan Toledo                                                  Mariano Castro
Baltasar Gallego                                          Matías Toledo
Ramón Ferreras                                          Eusebio Aparicio
Francisco Charro                                        Higinio Toledo
Isidoro Gallego                                            Antonio Ferrero
Eusebio Burgos                                           Avelino Fuente
Avelino Fuente                                            Andrés Clemente
Manuel Aparicio                                        Antonio Bernardo
Martín Fuente 


La escuela ocupó el espacio que hoy se corresponde con el bar y la "casa de la maestra" se situaba en lo que ahora es la cocina. La casa disponía de un pequeño patio o corral que sería la actual terraza.



sábado, 7 de octubre de 2017

EL BAR (CPU) DE VALLELUENGO. TESTIGO DE LA HISTORIA DEL PUEBLO

Era el día de la fiesta del pueblo. Bernardino se sentó en uno de los bancos del bar. Le acompañábamos unos cuantos y le escuchábamos con atención. Susurraba las palabras al oído, midiendo y calculando cada una de ellas. El esfuerzo que hacía en la reflexión era un indicio de la importancia que para él tenía la idea que intentaba desgranar y que, posiblemente, había madurado desde hacía tiempo.
Estábamos en el bar del pueblo, en el local que, desde sus orígenes, nos empeñamos en llamar "Club Pueblo Unido (CPU)". Como siempre, también ese día  Bernardino dio en el clavo y definió exactamente una realidad que, quizás, por estar enfrascados en la rutina del paso trepidante de los años, no  nos hayamos parado en algún momento para valorarlo debidamente.
"Habría que hacer un documental sobre lo que ha significado todo esto desde que se dieron los primeros pasos hasta ahora. Tenemos la "OBLIGACIÓN MORAL" de hacerlo. Aquí, en este local, se encierra la historia viva del pueblo de Valleluengo, de los últimos 40 años"
Exacto, tienes toda la razón, querido Bernardino... ¡Si estas paredes hablaran..! La historia viva, la del día a día. Entre estas paredes se encierran todas aquellas ilusiones de juventud, las inquietudes y la rebeldía constructiva de la gente inconformista de Valleluengo.
Siguen escritas en la retina aquellas frases reivindicativas, latente el ánimo de la lucha por los derechos negados. Entre estas paredes se exhiben los logros, las victorias merecidas, de un "pueblo unido". Todos los derechos conquistados: servicios de aguas - alumbrado público - carretera de acceso... (¿os acordáis?) se gestaron y se pelearon entre estas cuatro paredes.



Y aquí se fue tejiendo poco a poco, casi sin pretenderlo, la malla irrompible de la convivencia: los encuentros entre amigos, la fiesta y la alegría, las reuniones, las asambleas, los debates y los acuerdos, rememorando los concejos de antaño, que se celebraban en torno a la calzada.


Evidentemente, toda esta historia que cada uno de nosotros llevamos en los registros de la memoria como oro en paño no surgió al albur de un día cualquiera. No, no, hay un antes, un prólogo que la precede y que es de justicia relatar y recordar. 

(Os emplazo para los próximos capítulos)


martes, 3 de octubre de 2017

COMENTARIOS A PAGINAS ANTERIORES






Felicitaciones a todos por la caminata desde Valleluengo hasta Olleros. Han unido el pueblo de mi abuelo Francisco Toledo y el de mi abuela Genoveva Fernández. Me emocionó ver las fotos de todos ustedes en la caminata. Gracias José, siempre me das una hermosa sorpresa cuando visito la página, un fuerte abrazo desde Argentina y besos para todos. Atte Eduardo Velaz Toledo.- en CAMINATA A OLLEROS 2017
Anónimo
el 9/09/17
Felicitaciones y admiraciones por los lindos momentos vividos y por mantener las tradiciones del pueblo. Un abrazo grande para todos desde Argentina. Besos José y Escoli. Siempre los llevamos con nosotros.- en LA EXCURSION A LA RIBEIRA SACRA
Eduardo Velaz Toledo
el 3/09/17
Buena excursión hicisteis; con bonitos parajes. en LA EXCURSION A LA RIBEIRA SACRA
el 29/08/17
Gracias, qué bonito! en ¡¡ADIOS, ANTONIO!!
el 9/07/17
Felicitaciones José, hermoso y emotivo el foro, siempre lo sigo. Sigue así. Un abrazo grande y mucha suerte desde Argentina para todos ustedes. Atte. Eduardo Velaz.- en UN PERIODISTA DE VALLELUENGO
Anónimo
el 21/01/17
Felicitaciones José. Has sabido interpretar y describir perfectamente la Mesopotamia Argentina y Cataratas del Iguazú. Sin dudas, una maravilla del mundo. Recomendaría a todos quienes puedan, no dejar de visitarlas, no existe nada parecido en el mundo. Gracias por tu visita a Argentina. Te esperamos siempre con los brazos abiertos. Mucha suerte.- en VIAJANDO (PASEANDO...) POR TIERRAS ARGENTINAS



Lo siento, ha sido culpa mía. No he estado atento y los comentarios no han sido publicados debidamente. Prometo ser más diligente.
El blog está abierto para recibir todos los comentarios que cada cual crea oportuno hacer.

jueves, 28 de septiembre de 2017

CARBALLEDA 2017



"...bajo la paz azul de la mañana..." 
Azul de cielo
 y azul el manto;
                       azul el viento...

Navegan por el cielo azul 
los sentimientos.

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Una multitud enfervorizada se agolpa en avalancha en torno a la imagen idolatrada de la cara bella o de la cara-bellada (etimología descabellada de la que algunos quieren deducir el significado del término de Carballeda). 
Procesionan alrededor del santuario. Las caras serias, algún hipido, alguna lágrima furtiva, los brazos colgados de los palos de las andas (nada que ver con aquellas costumbres del pasado -no tan lejano- Aquellas escenas no exentas de histeria: los pies descalzos, las rodillas arrastradas tras el rastro polvoriento de la procesión,  las mortajas de túnicas blancas, aquellas penitencias cargadas de masoquismo, ¡tanto flagelarse el cuerpo y el alma, tanto sentimiento de culpa...!)

"...Azul que del azul cielo emana..." 
(Cruz Salmerón Acosta, 1929)
Pusieron la nota de color el grupo de gaiteros "As Portelas" de Lubíán


Sones de gaita de la tierra chica. Se encoge el alma, suspira el viento. ¡Tantos recuerdos agolpados!
          


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Hay cosas que no cambian. Han pasado los años y se conservan como en las primeras Carballedas.

   
 Las mismas almendras garrapiñadas.
Y el pulpo, aunque cambien las "pulpeiras".

Pinchos morunos o sardinas asadas
O los churros (¡qué buenos los de Serafín, con la copita de aguardiente o mismo de anís...!)
Permanecen los puestos de venta de los cestos de mimbre (Un recuerdo para Emilio, que allí estaba siempre como un clavo, sacándole provecho al arte de su buen hacer: cestos y talegas y puede que talegones para la vendimia...)

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Eran otras Carballedas, eran otros años y éramos más niños. Complicado ser objetivo, los recuerdos mandan y son los recuerdos los que, sin quererlo, nos dibujan con más color, con más brío, con más salsa aquellas fiestas que duraban unos cuantos días.
Cantina de los de Peque (Evaristo y Julio). Ahora Albergue de Peregrinos.

Cantina del Gato
Cantina/zapateria de Manuel Gallego
Cuarto adosado al Santuario
Cantina del Panadero
La Carballeda eran las vísperas de novena, sobre todo el viernes y sábado. Eran las cantinas de vino y tapa.


Y era la feria o el mercado en todo su auge. El ganado de vacas, el de los burros, el de cerdos, el de la madera, cada cual en su espacio, en su plaza correspondiente. Comprar o vender la vaca o el burro. Comprar el cochino -uno o dos- para cebarlos. Comprar las vigas que hubiera menester para construir la casa o el pajar.


Plaza de los burros
Plaza de las vacas y también de los cerdos.

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Y era también el miedo. Yo lo recuerdo y lo siento de ese modo: el miedo metido en el cuerpo. El Lunes de Carballeda se celebraban en el santuario oficios de difuntos. Era el Día propicio para mostrar, después de la opípara fiesta, que somos mortales y que he ahí lo que nos espera.

El "Tumbo" se exponía dentro del santuario. Allí estaba, según entras, a mano izquierda: amenazante, tenebroso. Mide 5 m de altura por casi 2 de ancho. Fue mandado hacer por la Cofradía de los Falifos, en el año 1722.

Muy didáctico. Ibamos de pequeñajos, unos chicuelos mocosos,
y allí nos plantaba la abuela o los padres, delante de esas imágenes..."Si eres malo..." ¡Coño, cualquiera se atrevía a ser "malo"!

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Y ahora ya no hay burros, ni vacas ni cerdos. Ya no hay miedo, aunque el "Tumbo" continúe en el mismo lugar.

Carballeda convertida en "mercadillo"

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Que viva la fiesta