sábado, 7 de diciembre de 2013

LOS PUEBLOS DE LA CONTORNA. I.- RIONEGRO DEL PUENTE


Con este título me estoy refiriendo lógicamente a los pueblos que se sitúan en el entorno de Valleluengo, en los alrededores. A los pueblos vecinos, que lindan con nuestras tierras: Rionegro - Santa Eulalia - Peque - Molezuelas - La Milla. A otros pueblos, que por razones varias, han estado presentes en la historia cotidiana de Valleluengo y que están marcados en el recuerdo. Es el caso de Uña (el médico - los chorizos - el aguardiente); Junquera ("rugió en Junquera..." quería decir que una barrila o algún cacharro de barro se había roto... por algo sería...); Mombuey (las ferias de los lunes - la farmacia o la botica - el veterinario - San Martino...); Puebla ("¡te meto en Puebla!", así de amenazante sonaba la frase... , y uno se acojonaba porque allí te esperaba el Juzgado, los pleitos, la cárcel...; Otero de Sanabria y Donado (Los Remedios y La Peregrina). 
Bueno, pues algo tenían todos esos pueblos, algún gancho afectivo había, para que sigan imborrables en el disco duro de la memoria de la gente. Y porque son historia viva, porque forman parte de nuestro propio álbum del pasado, pues quiero traerles aquí -uno por semana, por ejemplo- y contar o comentar el tipo de unión, de relación, de amores y de fobias, que existieron entre Valleluengo y cada uno de esos pueblos.
Vamos con el primero de la lista: Rionegro.

I.- RIONEGRO DEL PUENTE

Como es obvio, Rionegro ha sido el pueblo con el que Valleluengo ha compartido un mayor número de cosas. Desde siempre ha existido una relación más íntima y estrecha, un vínculo cuasi conyugal, sin que eso suponga necesariamente mantenimiento de carantoñas ni de roces amorosos, sino más bien de conveniencias y de intereses mutuos, (...por el interés te quiero, Andrés...). Porque, a fuer de ser sinceros, hemos de convenir en que no siempre hemos procurado el afecto y el acercamiento, no siempre han sido tiempos de bonanzas, ni mucho menos. En nuestra historia común ha habido de todo: días buenos y días menos buenos, alguna borrasca y más de una y de dos broncas. De todo, como en cualquier pareja...


CONTABA LA CERCANÍA, la proximidad, apenas 3 kms, y si era por el río, menos aún. En poco más de media hora te presentabas allí (andando, claro está). Por el camino Rionegro o por el camino Viejo, que convergían los dos al pasar  Rota los Espinos y se continuaba hacia los Carrasquitos o por la Huerta Emilio, a salir al puente.
Teníamos la posibilidad de ir por el río, eso en el verano. Valdiguicia abajo hasta las Pasaderas. Al otro lado del río había dos atajos: río abajo, pegados al caño de riego que llevaba el agua hasta las huertas de Rionegro o se podía cruzar el caño y subir a pezuña el monte del Rebollar.
Por el lado de acá del río, sin necesidad de pasar las Pasaderas, podías bajar hasta el Retorno y continuar por el caño de riego de La Fraga.

CONTABAN LAS FERIAS: 3 ferias al mes, los días 1, 10 y 22. La verdad es que las necesidades de compra no eran demasiadas y menos, si cabe, las de poder vender alguna cosilla. 
Ya está dicho, que en el pueblo quedaban satisfechas suficientemente las necesidades, por mor de la economía de autoconsumo o doméstica, que se practicaba en aquellos años. Pero una cosa era eso y otra diferente era aparejar el burrico e inventarse cualquier excusa para acercarse a la feria y refrescar el gaznate con algún cuartillo del vino del Gato o de quien fuere, con el pez de escabeche o el rabico de pulpo, ¿si o no?
CONTABAN  LOS 
COMERCIOS. Rionegro ejercía de centro comercial y mercantil de la comarca, no exactamente como cabecera de comarca, pero sí que tenía un gran peso económico en el entorno inmediato, sobre todo entre los pueblos que formaban parte del ayuntamiento. Tenía comercios de ultramarinos (auténticos bazares en los que podías encontrar de todo) y algunas pequeñas industrias artesanales: panadería (éramos unos mocosos -con apenas 8 ó 10 años y ya nos mandaban  que fuéramos en una escapada a buscar la levadura...¡qué miedo! - Si nos atrevíamos a ir por la Ribera o por el río, nos ajagaban los lobos y si arreábamos por la carretera, nos salían los sacaúntos...), carpinterías, zapaterías, molino de trigo, autógena, fábrica de gaseosas, parada de burros y caballos, el toro, sastrería... (me olvidaré de alguno...)

CONTABA LA CARBALLEDA. Contaba y mucho. El santuario, la imagen de la virgen, la cofradía de los Falifos, todo eso son palabras mayores. Las celebraciones en torno a La Carballeda formaban parte del patrimonio propio del pueblo. La tenían clara los de Rionegro, si pretendían arrogarse el privilegio de ser los "preferidos" de la Virgen. (En 
el himno estaba la clave: los de Rionegro cantaban: "Tú de Rionegro eres la estrella..." Los de Valleluengo y otros pueblos: "Tú de estas tierras eres la estrella..." En cualquier caso, La Carballeda, el Martes de Pascua (que también va ligado a La Carballeda) eran y siguen siendo fechas marcadas en rojo en el calendario de Valleluengo.


CONTABA EL AYUNTAMIENTO. Cualquier papel o cualquier engorrio (engorro) administrativo había que solventarlo acercándote necesariamente hasta la Casa Consistorial y eso, quieras que no, pues ha sido causa de una mayor dependencia por parte de los vecinos de Valleluengo. (El ayuntamiento y la Hermandad de Agricultores y Ganaderos: los cupones, la Seguridad Social, el subsidio...). Y ahí estaban parte de los tira y afloja, de las afrentas, de los malestares... Porque... "pa qué vamos a negarlo o a esconderlo..." si es que ahí aflora aún la herida de siempre..., ese reconcomio, de morderte los codos y no 
quedarte a gusto si no lo sueltas. Pues eso, que Rionegro siempre fue muy suyo y el ayuntamiento lo han tenido como si sólo fuera de ellos y para ellos, de manera que, cuando nos llegaba algo a Valleluengo, los había que se echaban mano a la cartera en la desconfianza de que les hubiéramos robado algo de sus pertenencias. No lo vamos a negar ahora, que los encontronazos mayores han venido por esas causas.

CONTABAN LOS PARTIDOS DE FÚTBOL. No eran ellos la Quinta del Buitre ni nada que se les asemejase, pero eran temi-
Años 70 (1979???)
bles y temidos allá donde posaban sus tacos (me refiero a los que aparecen en la foto). Rionegro sabía bien a quiénes se enfrentaba. Daba igual que fuera en los campos de la Veiga, en Retaduña o en las Eras de Rionegro o, en tiempos más recientes, las liguillas de futbito en la plaza frente al ayuntamiento.
Pero, habrá que decirlo en beneficio de unos y de otros, que esos "enfrentamientos" en la cancha de juego dieron también y, sobre todo, mucho"juego" para el alterne sano y jugoso entre los mozos y mozas de ambas localidades. Ahí estaban las fiestas y los bailes de San Blas (al lado el pilo y las pozas de la fuente de la iglesia, por si alguno se pasaba). Ahí, la Carballeda, las orillas del río, ("debajo del puente llora una morena, / debajo del puente de la carretera...") Y parece que no, pero, a pesar de los pesares, más allá de fronteras o de pleitos entre vecinos, fluían las amistades y la vida transcurría en armonía y convivencia. El río, nuestro río Negro compartido, unía y reforzaba los lazos de afecto entre las dos orillas de ambos pueblos. Así fue y así será.

RIONEGRO DEL PUENTE, situado al otro lado del puente, que cruza el río, el pueblo está enraizado entre las peñas, a buen recaudo de los desvaríos de las aguas, que en más de una ocasión se han puesto bravas y ariscas.
Rionegro, siguió los pasos torcidos del resto de los pueblos. Tampoco se libró de los aires huracanados de la emigración o de las emigraciones. Los mismos pasos, los mismos ritmos y los mismos derroteros que Valleluengo -vidas paralelas-. Sin embargo, sí han conseguido en los últimos años paliar -frenar en parte- el chorro de gente que se iba y hay al menos una generación que han sabido quedarse y construir el futuro en el pueblo. Eso tiene mérito y hay que felicitarles.
Hay, sin embargo, una verdad incuestionable y tozuda. Lo dicen las estadísticas malditas de estas malditas gráficas: (la pirámide de población invertida, con el pico hacia abajo (en las edades jóvenes, 0-4 años, 5-9, etc, donde menos población hay y aumenta a partir de los 35 o a partir de los 70...)
Y la gráfica más sangrante, la que marca la evolución de la población desde el año 1900. Rondaba los 1100 habitantes en los años 40, baja en picado en los años 60 hasta rozar los 500 y se va desplomando hasta los poco más de 300 en el año 2012 (Estamos hablando de la población total de los cuatro pueblos que forman el ayuntamiento)

Y lo último de lo último: ¿Qué va a pasar, si a partir del 31 de diciembre del 2013 Rionegro desaparece como ayuntamiento? Ese es un golpe muy bajo, una puñalada trapera, que nos va a doler a todos. Claro, no es lo mismo tener que desplazarte hasta Mombuey que llegar hasta Rionegro, que está ahí, al lado. No será lo mismo tener que "pelearnos" con los de Mombuey -llegado el caso- que tener que hacerlo con Rionegro o Santa Eulalia, que ya los teníamos amansados y domesticados... ¿o no?

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