sábado, 12 de marzo de 2016

RALBAR - BIMAR (binar) Y ALICAR (aricar)







Tierra
arada duramente,
todos te deben llorar.
Nosotros
abrimos los brazos
a la vida. (Blas de Otero)




Ralbar, bimar y alicar. (Así se decía en el pueblo. El diccionario lo corrige y lo cambia por binar y aricar). Tres palabras sujetas a la tierra. Tres labores que marcaban las rutinas de los días a partir del mes de marzo.

La ralba.- Roturar, arar la tierra de rastrojo. Las tierras que se habían segado en verano había que aviarlas, prepararlas, para sembrarlas de nuevo en el mes de octubre.



La ralba se hacía en el mes de marzo. Cada día se repetían las mismas acciones, de manera rutinaria, mecánica. La primera atención era para las vacas: ración extra de pienso y de hierba seca y, de postre, un suculento bebido (harina de centeno disuelta en agua caliente. Si la vaca estaba para parir o amamantando al ternero tenía el bebido asegurado en cualquier época del año)



...de postre, un suculento bebido...
La pareja de vacas salía ya uncida (uñida) desde casa. Sobre el yugo (jubo) se apoyaba la vertedera y el tirante (palo largo del que tiraba la pareja para arrastrar el arado) colgaba hasta tocar el suelo. Cada mañana se escuchaba el murmullo monocorde del arrastre, los movimientos pesados y perezosos de las vacas y, en algún momento, las renegadas órdenes del amo (Gallarda, la madre que te parió... Lucera, ven aquí jop...) Una vez en la facera (tierras) se colocaba la vertedera en la posición que le correspondía para poder arar, es decir, se metía el extremo del tirante en la trasga (aro de hierro que colgaba del jubo) y se enganchaba con la cavía (palo que se metía entre la trasga y alguno de los agujeros que había en el extremo del tirante). La vertedera como tal (armazón de hierro), sobre la tierra.

 
La vertedera es  la parte metálica y las
 piezas de madera
corresponden a la mancera (para sujetar y guiar
 con las manos)
  
y el tirante

La trasga en el medio del jubo














La bima.- Era la segunda vuelta que se le daba a la tierra. Si en la ralba la tierra se había vuelto hacia fuera, ahora se haría la operación inversa. Con esta segunda arada ya quedaba todo listo hasta la sementera. Las labores serían las mismas, los mismos pasos y el mismo quehacer repetido en la ralba.
Ahí, en el zurrón, el cachico de pan, puede que acompañado de un muerdico de tocino y poco más. Eso sí, la botella de vino no podía faltar. La jornada duraba todo el día y era necesario llevar la merienda.

Alicar.- Para esta tarea se utilizaba el arado romano. Había que arrancar las malas hierbas nacidas entre los surcos de trigo y para ello se hacía una pasada con el arado. Más tarde, en el mes de mayo, habría que volver a realizar la misma labor, pero ya entonces se arrancaban con la mano o con la hoz. Íbamos a "mondar" el trigo.
El arado romano era enteramente de madera, menos la reja, que era de hierro
Reja del arado romano.
Otras labores propias de esta época.-

Foto: www.enciclopediadegastronomia.es
Los nabos y las nabizas.- Había que buscar la carga diaria de nabos para dar de comer a la hacienda (a Montoro no, a los cerdos, a las vacas y, algo también para el burro, que había cargado con ellos).



Ya en marzo se cogía el nabo entero. Antes, a lo largo de los meses de invierno se habían pelado y aprovechado las nabizas, que eran las hojas. A lo largo de marzo y de abril crecían los tallos altos, que se abrían en racimos de flores amarillas. Era digno de ver aquellos campos vivos, vibrantes de primavera.

Foto: bing.com/imagenes
Foto: bing.com/imagenes




Para acarrear la carga de nabos se utilizaban los ganchos, que se asentaban sobre la albarda.
Ya en casa, se tendían al sol, en el corral o en la calle. No era bueno que los animales los comieran demasiado fríos.



 Lo veo arar los rastrojos
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.

Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho, 
tan grande bajo su planta.

("El niño yuntero" Miguel Hernández)

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