lunes, 23 de mayo de 2016

UNA VUELTA POR EL PUEBLO

Y es que es verdad, no hace falta tirarte al monte, no hace falta salir del pueblo.  Basta con abrir la puerta de la calle para que la primavera se te eche encima con toda su carga sensual: los colores, los olores, el bullicio pajaril, (el piturrollo - los amarillines - el pimentero - los pardales - la bubiella (abubilla) - el cuco), la luz diáfana. Las flores que lo llenan todo, los prados, los fresnos... Se ha roto el silencio del invierno, ahora toca respirar la alegría de la vida que renace.
La Naturaleza viva y vibrante, que lo ocupa todo. Renace la vida en cada rincón y uno siente que forma parte de ese paisaje


Ya las lechugas de Manolo van medrando, van tomando cuerpo y pueden ir ya camino de la ensaladera.


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