Hablo del año 1980. Entonces luchábamos a brazo partido, como jabatos, por conseguir aquellos servicios mínimos que el pueblo no tenía, ¿os acordáis? (el agua, alumbrado público, el teléfono, carretera de acceso al pueblo, etc.) Algunos pensábamos que, más allá de lo que pedíamos en pura justicia para Valleluengo, era necesario aunar esfuerzos entre todos los pueblos de la comarca y hacer un frente común porque juntos podíamos más y porque los problemas y las necesidades eran prácticamente los mismos para todos. Era necesario ir juntos y pelear juntos.
Empezamos por reivindicar el derecho de reconocimiento de la comarca a la que pertenecíamos, La Carballeda. Hasta ese momento se nos incluía y se nos consideraba a todos los efectos dentro de la comarca de Sanabria.
De aquellos cabreos -ahora diríamos "INDIGNACION"- salieron estos versos, al calor de la lumbre.
“Noche
callada,
castañas
asadas y aguardiente.
Quemando
soledades,
sorbiendo
las rabietas
(que aún nos quedan,)
carballeses.
Apurando
el último leño,
la
última esperanza.
Noche
con demasiadas estrellas
para
tan pocas esperanzas.
Noche
de enero, fría y helada,
escuchando
las calles calladas,
los
silencios de un pueblo dormido.”
(Valleluengo, enero de 1980)
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