sábado, 5 de enero de 2013

VIII.- LA BATALLA DEL AGUA

Sólo el aire que respiras siente la vida,
que el tomillo y la retama justifican
y los rayos de ese sol, hechos de plomo,
adormecen a esta tierra 
como a  un viejo venerable.
..................................................
Tierra, que en letras de oro nos muestras
tus andaduras, tus miserias,
 tus cadenas,
tus caminos doloridos, tu paciencia
...y tus silencios.

José Fuente, 1974 (agosto)

Foto José: Fuente de la iglesia (el agua no es potable
 porque hay filtraciones de aguas sucias desde el alcantarillado).
EL AGUA

Después de la manifestación parecía como si se hubieran abierto todas las puertas, como si, una vez vareado el árbol, cayeran todas las nueces sin necesidad de más esfuerzos. Pero, sí, sí. Tuvimos que luchar a brazo partido. El asunto del agua (agua corriente y alcantarillado) se las trajo, fue una de las batallas más duras y complicadas. En la Diputación Provincial no estaban dispuestos a perdonar. La campaña que el pueblo puso en marcha, la manifestación y, sobre todo, la movida en los medios de comunicación (cadena SER, el Norte de Castilla y la TV regional) hicieron pupa en las posaderas de nuestros muy amados y entrañables representantes públicos y ellos no estaban dispuestos a perdonar. De ahí las pequeñas mezquindades y venganzas. Ahora lo explico.

Foto José. El primer pozo de captación de aguas, frente
a la torre de la iglesia.
Veamos: Los Planes Provinciales (programa anual de la Diputación para sufragar las obras solicitadas por los ayuntamientos) dividen la provincia en tres zonas o planes: Oeste, Campos y Base. Cada una de estas zonas tiene establecida una cuota de participación distinta (me refiero a lo que le toca pagar al ayuntamiento o a los vecinos por cada obra concedida). Por ejemplo: la zona Oeste, en la que está incluido Valleluengo, debía aportar el 12 % y la zona Campos el 33 %. Resulta que a los pocos días de la manifestación (¡qué casualidad!)  nos informan de la Diputación que se han concedido 2.000.000 de ptas para el abastecimiento de agua y saneamiento, pero con la condición de que se acepte la inclusión de esa partida en el plan Campos, lo que supone una aportación municipal del 33 %, es decir, de 660.000 ptas. (primera venganza). El pueblo no lo acepta y, a partir de aquí, se suceden las visitas estériles a Zamora por parte de las distintas comisiones que el pueblo enviaba (21-08-1979: Máximo Mateos (alcalde mayor), Santiago Pérez (secretario), Ismael Alonso (alcalde pedáneo), Ismael Bernardo, Ana María Gallego, Bernardino Junquera, Julián Felipe, José Fuente. 13-10-1979: Rafael Gallego, Ismael Bernardo, Ana María Gallego, Bernardino Junquera, José Fuente. Hay otras más que no tengo registradas, pero que se repitieron, sobre todo con el equipo técnico de la Diputación, con el ingeniero, el Sr. Arranz, con el que tuvimos que torear muy de cerca, pero que se mostró mucho más comprensivo y cercano que todos los demás).

Foto José. Depósito del agua en la Raya. Desde ahí se
distribuye el agua para todo el pueblo.
Reclamábamos que se nos incluyera en el plan Oeste, con lo que nos tocaría pagar el 12 %, es decir, 240.000 ptas., pero no hubo tu tía, o lo tomas o lo dejas... No tuvimos más remedio que tragar y nos quedamos con lo que nos dieron. Se suponía que esas 660.000 ptas. deberían salir del bolsillo del Ayuntamiento, pero aquí dijeron que nones, que estaban sin blanca, porque ese Ayuntamiento estaba exento de cobrar impuestos a los vecinos, con lo cual tampoco tenía ingresos (no nos lo creímos, porque se llenaban la boca hablando por todas las esquinas de superávit. El caso es que tuvimos que pencar y a regañadientes tirar "pa lante".  Fue la segunda venganza). Tocó escotar entre los vecinos, a tanto por enganche o toma de agua: 56 solicitantes, a 11.785 ptas cada uno. 

Al año siguiente, 1980, cayeron otros 3.000.000 de ptas, aplicados a la segunda fase de las aguas. A continuación se instaló el teléfono público, fue asfaltado el camino vecinal (desde Las Fontaninas, antes era un camino de tierra). Después llegó el alumbrado público (en dos fases, años 1982-1983), se pavimentó la calle de la Poza de Abajo (desde el Fornico hasta las escuelas viejas). 

En conclusión: Mereció la pena el esfuerzo. Gracias a la tenacidad y a la lucha de todos (¡de la mayoría!) lo conseguimos. De una tacada, en un plazo mínimo de tiempo, conquistamos los derechos que se les negaban al pueblo. Claro, la Diputación y otras instituciones, también el Ayuntamiento (y también algunos vecinos del pueblo), no podían reconocer mérito alguno por parte del pueblo y se dedicaron en cuerpo y alma a desprestigiar y a jugar a dividir (el viejo juego del divide y vencerás), (tercera venganza, cargada de mala uva y de mezquindades. Acordaos de las actuaciones de los guardias de Mombuey, apostados a la espera en la salida de la carretera de Rionegro hacia el pueblo o las patrullas que hacían por las calles del pueblo, cumpliendo las órdenes que les llegaban de arriba -de Zamora-. O... -esto no lo sabe nadie- las "fichas" policiales que algunos de los nombrados en las comisiones tenían registradas en Zamora...). 


Foto José. Al fondo la nave de "David" Diciembre 2012.

Foto José. Hay cuervos y cuervos, estos son inofensivos, entre otras cosas porque no son cuervos, son grajos.


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